Los 29 rechazos acumulados hasta noviembre de 2021 en los puertos europeos por partidas de cítricos infectadas con la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta), una de las veinte plagas prioritarias de la Comisión Europea, inquietan a los productores, que siguen reclamando la exigencia del tratamiento de frío (cold treatment) en tránsito para estas importaciones.
Los lotes rechazados procedían mayoritariamente de Sudáfrica (18, por diez de Zimbawe y uno de Israel), cuyo sistema de control de esta plaga fue recientemente cuestionado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Intercitrus considera que la única alternativa que le queda a Bruselas es imponer el tratamiento de frío. Un sistema estandarizado internacionalmente, que es el que le exigen otros países a las exportaciones españolas, que garantiza eliminar cualquier riesgo de introducción y que “ahora la UE debiera aplicar sin excepción a todas las partidas de cítricos procedentes de los países donde esté declarada esta plaga y para todas las frutas en las que, efectivamente, se ha detectado reiteradamente y que la ciencia confirma que están consideradas como portadoras, esto es, para naranjas, mandarinas y pomelos, además de ser consideradas como hospedadores del patógeno”.
Thaumatotibia leucotreta provoca una caída prematura y masiva de los frutos y la aparición de infecciones secundarias causadas por hongos y bacterias. No se trata de una amenaza exclusiva para los cítricos, ya que es altamente polífaga y puede afectar a setenta plantas hospedantes, entre ellas a cultivos mediterráneos tan relevantes como el pimiento, algodón, melocotón, nectarina, aguacate, la granada… o a árboles forestales como el roble. Según advierte el Plan de Contingencia redactado por el Ministerio de Agricultura para prevenir la entrada y anticiparse a la posible detección de este insecto, “el riesgo de establecimiento en nuestro país es muy alto” y añade que la “principal vía de entrada es la importación de frutos”. Los controles visuales en los puertos de entrada o antes, en los campos de origen, no suponen mayor garantía porque “las larvas de T.leucotreta se alimentan internamente y la mayoría de hospedantes (frutos) presenta síntomas externos difíciles de identificar”, señala el informe del ministerio al que hace alusión la interprofesional citrícola.
“No es de extrañar, por tanto, que este patógeno haya superado en multitud de ocasiones los controles fronterizos europeos, provocara un brote en 2018 en un invernadero alemán y haya sido detectado de manera ocasional en Dinamarca, España, Finlandia, Holanda, Italia, Suecia y Reino Unido”, denuncia Intercitrus. Una vez instalado este insecto, su erradicación se complicaría por la falta de insecticidas autorizados.
Intercitrus valora las gestiones que el ministerio está realizando ante la Comisión y ante los demás Estados miembros para “convencerlos de que la única opción posible –la única que aporta todas las garantías y es viable- es imponer a los países afectados por esta plaga un tratamiento de frío en tránsito para poder exportar sus cítricos a la UE”. La interprofesional también respalda los acuerdos alcanzados con el gobierno francés, que este semestre ocupa la presidencia de la UE, en materia de reciprocidad de las importaciones, para asegurar que los productos agrícolas procedentes de terceros países respetan los mismos estándares que los europeos. “Alcanzar la reciprocidad en Europa en materia de uso de fitosanitarios o sobre las condiciones laborales o medioambientales de producción es el único camino posible para evitar que el ‘Pacto Verde’, que también promueve Europa, no acabe por ser también otra ventaja competitiva más para la producciones foráneas que no tienen que cumplirlo; imponer el cold treatment –que ya le exigen a las exportaciones españolas y que Sudáfrica asume cuando exporta a EE UU, China, Australia…- podría y debiera ser el primer paso para avanzar también hacia esa reciprocidad que ahora se quiere perseguir”, afirma la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.