La interprofesional citrícola española, Intercitrus, ha apremiado a la Comisión Europea para que presente en los próximos días –a lo sumo 2-3 semanas- el reglamento de la aplicación del tratamiento de frío en tránsito para la naranja procedente de países con presencia de la falsa polilla Thaumatotibia leucotreta, para su rápida aprobación por los Estados miembro.
El Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) acordó exigir este sistema el pasado 1 de febrero. Intercitrus cuenta, además, con el compromiso por escrito de la comisaria de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, de que éste comenzará a implementarse “antes del comienzo de la nueva temporada comercial” del Hemisferio Sur: según las propias estadísticas de Sudáfrica, la semana del 2 al 8 de mayo. “Es la mejor opción incluso para la propia Sudáfrica porque la alternativa para la Comisión, de mantenerse las interceptaciones de esta plaga y conociendo el dictamen de la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria), sólo podría ser vetar las importaciones de todas las naranjas y mandarinas de Sudáfrica” advierte la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.
Sudáfrica y Zimbabue acapararon el 56,3% de las interceptaciones totales de organismos nocivos en cítricos importados en la UE en 2021 (117 de 208) y el 96,6% de T. leucotreta (28 de 29). Y no fue una novedad: entre 2017 y 2020 estos dos países volvieron a liderar el ranking para esta misma plaga tras acumular 54 rechazos Sudáfrica y otros 14 Zimbabue, cuyos productores-exportadores también controla el primero, por los 13 de Israel y 3 de Suazilandia, que igualmente depende de Sudáfrica. Son decenas de rechazos cada año en los puertos de Europa y cada uno de ellos implica, según la normativa vigente, bien la destrucción de la totalidad de la mercancía, bien su reexpedición a destinos no comunitarios. “A Sudáfrica, por prestigio internacional, por la seguridad de sus envíos y por el propio coste que generan tantas interceptaciones –más aún con los precios de los fletes marítimos disparados como están- le conviene aplicar un tratamiento como éste, que está estandarizado internacionalmente, que tiene un coste muy asumible y que es el único que asegura al 99,9968% -según la propia EFSA- el cumplimiento de la legislación de la UE, que exige ausencia completa de la plaga”, justifica Sanfeliu.
Sudáfrica, además, sufre otra plaga que, como la T. leucotreta, es considerada por la regulación comunitaria como prioritaria: Bactrocera dorsalis o mosca oriental de la fruta. El tratamiento de frío que está pendiente de ser implementado resultaría eficaz para eliminar las larvas de ambas. De no aplicarse este tratamiento, el riesgo de introducción de los dos patógenos “prioritarios” sería inasumible, según Intercitrus. La presencia de ambas plagas en territorio europeo ya se ha constatado en varias ocasiones: la primera está instalada en Israel –lo que acredita que se puede aclimatar al clima mediterráneo-, en 2018 fue identificada en un invernadero de Sajonia (Alemania) y en 2009 y en 2013 se detectó en Holanda. La segunda apareció en Italia en 2018 y el pasado verano en Francia, en un campo de cítricos.
El tratamiento de frío aprobado por la Comisión -16 días a entre 0 y -1 grados- no es el que reclamaba Intercitrus, que defendía el aplicado por EE UU para esta misma plaga, que es de 22 días a -0,55 grados. Es menos exigente y está basado en un estudio también del propio CRI sudafricano, que lo calificó de “intensidad reducida” y cuya validez fue cuestionada por la propia EFSA. Con todo, se basa en el mismo proceso no químico, que no deja residuo alguno y que es la solución más sostenible, más adaptada por tanto también a las exigencias de la normativa fitosanitaria europea. “Es básicamente un tratamiento similar al ya mencionado, el exigido por el APHIS-USDA, un sistema que permitió a Sudáfrica 23 años ininterrumpidos de exportaciones citrícolas a EE UU sin ninguna incidencia, ni de T.leucotreta ni de B. dorsalis., recuerda Intercitrus.
De no aplicar ya el tratamiento de frío, la sucesión de nuevas interceptaciones –también en mandarina o en pomelo- abocaría a la Comisión a suspender las importaciones de este país, considera la interprofesional. Hay precedentes: en 2003 fue el gobierno español el que unilateralmente vetó las importaciones de Argentina y Brasil por la mancha negra y el chancro de los cítricos; en 2013, la Unión Europea hizo lo propio con Sudáfrica también por la mancha negra, y más recientemente, en 2021 tuvo que suspender las de Argentina. En todos los casos, tras la crisis, se endurecieron las condiciones de importación.