La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) ha celebrado las propuestas que acaba de presentar la Comisión Europea para la regulación de las técnicas de edición genética (NGT) y para el material vegetal de reproducción (PRM), aunque cuestiona la prohibición de estas técnicas de mejora vegetal en la producción ecológica.
El director general de Anove, Antonio Villarroel, ha señalado que la propuesta presenta “algunas incoherencias”, como la prohibición de utilizar plantas derivadas de NGT en la agricultura ecológica, “al privar a los productores que apuestan por este modelo de la libertad de elegir nuevas variedades más resistente a plagas y enfermedades, más resiliente a los cambios climáticos y con un mayor potencial productivo para hacer el cultivo sostenible económicamente”.
Para la asociación que agrupa a las compañías y centros públicos dedicados al desarrollo y la explotación de nuevas variedades de semillas y plantas, ambas normativas son fundamentales para que el sector agrícola europeo siga a la cabeza, a nivel mundial, del desarrollo de las innovaciones necesarias en semillas y plantas para alimentar a una población creciente de manera sostenible. El uso de estas técnicas permitirá acortar significativamente el tiempo necesario para poner una variedad nueva en el mercado: de los diez o doce años actuales a ente cinco y siete años. “Desde el sector obtentor recibimos con satisfacción estas propuestas, largamente esperadas, si bien hay aspectos que deben ser estudiados en profundidad o se hallan pendientes de desarrollos posteriores que pueden ser decisivos a la hora de poner en el mercado una variedad mejorada con el uso de estas herramientas”, ha señalado Javier de Sebastián, presidente de Anove.
En el caso de la propuesta sobre edición genética, la Comisión diferencia las plantas resultantes de métodos de mutagénesis dirigida y cisgénesis de los productos transgénicos (variedades que incorporan ADN de especies foráneas), cuya regulación no se modifica. Establece dos categorías de plantas NGT, cada una con requisitos y procesos de autorización adaptados: en el caso de las plantas NGT de categoría 1, “similares a las convencionales”, y cuyos resultados son indistinguibles o podrían igualmente haberse obtenido con métodos de mejora tradicionales o producirse espontáneamente en la naturaleza. mutaciones naturales, se someterían a un procedimiento simplificado de verificación que evita los requisitos de aprobación obsoletos y prácticamente impracticables de las variedades transgénicas. Para Anove, este aspecto resulta “de crucial importancia para las pequeñas y medianas empresas”, para las que los altísimos costes derivados de la actual regulación suponen una barrera prácticamente infranqueable para acceder al mercado. Villarroel, considera “esencial” que el proceso de verificación “sea eficiente y esté basado en criterios científicos bien definidos y claros para evitar que lo que debería ser un simple y rápido proceso administrativo se politice y ralentice hasta quedar paralizada”. Con respecto a la propuesta de la Comisión sobre la regulación del material de reproducción vegetal (PRM), Anove valora positivamente que se mantengan los tres pilares fundamentales de la legislación existente: la identidad varietal, el registro de variedades y la certificación del material vegetal de reproducción.
Reconoce así el éxito del sistema que “ha conseguido que Europa ocupe hoy la primera posición en la obtención de variedades y en la exportación de semillas en todo el mundo”. Javier de Sebastián ha declarado que “es esencial que los productores reciban semillas y plantas con todas las garantías de sanidad y calidad, lo que, junto con la incorporación de tecnologías avanzadas para el desarrollo de nuevas variedades, les aseguren una buena cosecha y les permita mejorar la sostenibilidad de la cadena agroalimentaria”.
Córdoba acogerá del 3 al 5 de septiembre una reunión informal de ministros de agricultura europeos para analizar la propuesta de la Comisión sobre las nuevas técnicas genómicas aplicadas a las plantas. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, confía en que se llegue a un acuerdo político antes de que acabe el año, coincidiendo con la presidencia española del Consejo de la UE.