La Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos y la Fundación Foro Agrario en el Instituto de Ingeniería de España (IIE) organizaron un seminario para analizar el impacto de la guerra desencadenada por Rusia en Ucrania en el sistema agroalimentario español. Los participantes pidieron reformular los objetivos de la política agraria europea para garantizar la soberanía alimentaria. Para ello, consideran necesario disponer de reservas de alimentos cuya constitución debe dotar a la UE de suficientes garantías para la seguridad alimentaria en los países miembros y el adecuado funcionamiento de las cadenas de suministro.
Entre los representantes que participaron en el coloquio, estaban Paloma Pérez, secretaria general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes de España (ANFFE); Andrés Gómez Bueno, presidente de la Asociación Europea de Almacenistas Profesionales en puerto (UNISTOCK EUROPE); Jorge de Saja, director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (CESFAC); Javier López, director de la Organización Interprofesional Agroalimentaria de la Carne de Vacuno (PROVACUNO); y Gabriel Trenzado, director técnico de Asuntos para la UE e Internacional en Cooperativas agroalimentarias de España. Todos coincidieron en la necesidad de que las administraciones competentes reformulen los objetivos que orientan el Pacto Verde Europeo y diferentes estrategias, como ‘De la Granja a la Mesa’ y la ‘Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030’, así como las orientaciones de la propia Política Agrícola Común, de tal manera que, por su aplicación en estas circunstancias, “se potencie su carácter fundacional, la producción y el abastecimiento agroalimentario, sin poner en riesgo la soberanía de la Unión Europea en este terreno y sin perjuicio de compatibilizar la más que necesaria producción con los aspectos medioambientales y la lucha contra el cambio climático, a los que todos estamos comprometidos”.
El conflicto afectará al suministro de materias primas necesarias para el funcionamiento del sistema agroalimentario español, según los participantes del seminario. Sobre las consecuencias globales de este conflicto internacional, la presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos (ANIA) María de la Cruz Díaz, aseguró que la situación en la que vivíamos ha dado un giro radical: “Nos enfrentamos, con toda probabilidad, a un nuevo orden mundial. La guerra ya ha marcado un antes y un después, estamos ante un cambio de tendencia relevante que afecta a toda la UE. Todo apunta a que, en lo económico, estamos cerrando un ciclo de treinta años de globalización, tal como la hemos conocido”, apuntó.
En el seminario se puso de manifiesto la importancia del territorio ucraniano como proveedor del sistema, cuya capacidad de producción de cereales lo sitúan entre los más influyentes en el comercio agroalimentario internacional, ya que es el quinto mayor exportador de cereales y piensos del mundo, a cuyo fin destinan el 75% de su cosecha. En 2021, las importaciones españolas procedentes de este país representaron más del 40% de todos los cereales que se importan.
Los efectos de la guerra están provocando una gran incertidumbre sobre la producción futura de Ucrania; se estima que la superficie dañada en las zonas de cultivo puede superar el 30% de la superficie agraria útil (SAU). En este contexto, y con la producción de este país prácticamente paralizada, “será necesario buscar el aprovisionamiento lejos del Mar Negro, al otro lado del Atlántico, como EE UU y Argentina, entre otros. En una situación de subidas importantes del coste de los fletes, de 6 a 10 veces, conducirá sin duda a mayores tensiones en los precios y graves problemas de carácter social para los países, como los africanos, que tienen en los cereales la base fundamental de la alimentación de sus poblaciones”, según las conclusiones del seminario.
España, una de las principales potencias mundiales en lo agroalimentario, la octava del mundo, “debe mantener esta posición, lo que requerirá abordar los procesos de innovación y de relevo generacional de los titulares de las explotaciones agrarias sin los que muchas de ellas verán su futuro comprometido. En particular, en la España vaciada”, según las conclusiones del seminario. Los cambios necesarios afectarán de manera muy diferente a sectores y explotaciones, pero existe una coincidencia total entre los ponentes de los sectores representados en el seminario en que la alimentación, por su carácter estratégico, necesita de una sensibilidad política especial, a nivel de la UE, en cuanto a garantías de abastecimiento en productos básicos.