Un consorcio internacional de 23 entidades, bajo el nombre de NOVATERRA y liderado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha estudiado durante los últimos cuatro años cómo combinar diferentes estrategias para reducir el uso de fitosanitarios en las plantaciones de vid y olivo. Los resultados demuestran que, integrando el uso de productos naturales con tecnologías de precisión y con una mejor gestión del suelo, se puede reducir significativamente el uso de plaguicidas de síntesis sin perder rendimiento ni calidad.
NOVATERRA ha incluido ensayos en fincas de España, Portugal, Francia, Italia y Grecia. “Primero, hemos probado las diferentes estrategias por separado. Después, a lo largo del último año, hemos escogido unas cuantas fincas en las que integrar estas estrategias. Y se ha demostrado que es factible reducir el uso de fitosanitarios desde una mirada holística”, explica Luis Asín, jefe del programa de Fruticultura del IRTA. Para su ejecución, el proyecto ha contado con un presupuesto de más de 5,5 millones de euros, de los cuales 4,8 procedieron de una ayuda de la Comisión Europea a través del programa Horizon2020.
La experiencia de NOVATERRA se presentó en las instalaciones del IRTA, en Caldes de Montbui, en una finca del espacio comunitario Agròpolis y en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC). A las jornadas asistieron cerca de ochenta personas, entre ellas representantes de las empresas, universidades y centros de investigación participantes del consorcio internacional, así como agricultores catalanes de olivo y de viñedo que ya valoran aplicar estas estrategias en las próximas campañas.
Las estrategias estudiadas por NOVATERRA se pueden dividir en tres ámbitos. El primero es el uso de productos que no sean plaguicidas de síntesis, como los agentes de biocontrol. También se han evaluado formulaciones basadas en nanopartículas de cobre o azufre, feromonas sin microplásticos y degradables, y trampas para la captura masiva de plagas.
El proyecto, centrado en vid y olivo, se ampliará a más cultivos en investigaciones futuras
El segundo ámbito de actuación ha sido el de la agricultura de precisión. Así, se ha probado maquinaria que aplica el producto fitosanitario solamente donde hay cultivo, evitando verterlo en espacios vacíos y adaptándose al volumen de la planta. Asimismo, los investigadores han evaluado un sistema de visión inteligente que, mediante unos sensores instalados en los tractores u otra maquinaria, detecta la presencia de síntomas tempranos causados por plagas o enfermedades. Estas y otras tecnologías de precisión logran reducir significativamente el uso de fitosanitarios.
Aplicar productos naturales y utilizar tecnologías de precisión es más sencillo si el suelo está bien preparado. Esta es la tercera estrategia que ha examinado NOVATERRA, centrada en el estudio del uso de infraestructuras ecológicas: zonas cerca o dentro de la fila de la plantación donde se cultivan plantas que son refugio de los enemigos naturales. También se ha analizado el uso de un robot que contribuye al control de las malas hierbas para mejorar la diversidad y el ahorro de agua.
La combinación de estas estrategias contribuye a la reducción del uso de fitosanitarios. El IRTA tiene previsto ampliar estas investigaciones a más tipos de cultivos en proyectos futuros.