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- Número de Edición: 168
- Mes / Año: ABRIL 2005
Resulta evidente que las condiciones meteorológicas del otoño anterior, tuvieron una influencia decisiva en el nivel de ataque de algunas plagas y enfermedades que se desarrollaron a lo largo del año 2004. El otoño de 2003, particularmente los meses de septiembre y noviembre, fueron ligeramente cálidos, aunque en octubre hizo más frío del habitual. Las lluvias fueron abundantes y permitieron realizar las labores de preparación del suelo y siembra de los cultivos con normalidad.
La campaña 2003-04 se ha caracterizado por una abundancia de precipitaciones que se iniciaron en otoño y se mantuvieron durante el primer semestre del año, hasta el comienzo del verano, que unido a las suaves temperaturas registradas ha dado lugar a un buen desarrollo de los cereales y las leguminosas, pero también ha provocado problemas fitosanitarios importantes, como la aparición de mildiu en viña.
El verano se caracterizó por una inestabilidad climática, alternando periodos de precipitaciones y temperaturas frescas con otros de calor seco y temperaturas más altas. En algunas zonas las tormentas veraniegas, a finales de agosto, fueron acompañadas de granizadas, que provocaron daños en las producciones.
2004 ha sido un año bastante regular climatológicamente en las Islas Baleares, con temperaturas algo desplazadas de sus fechas habituales, pero sin grandes calores ni frío extremo. Con aportaciones regulares de lluvia superiores a la media histórica, siendo lo más destacado la ausencia de lluvias torrenciales.
El balance fitosanitario elaborado por la Dirección General de Producción Agraria es resultado del minucioso trabajo de técnicos agrícolas a partir de los datos aportados por la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF) extendida por todo el territorio andaluz que traduce a una radiografía completa y detallada el estado sanitario de los principales cultivos de la Comunidad autónoma andaluza. La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía cuenta con 27 zonas de observación y 77 Estaciones Meteorológicas Automáticas, lo que permite ofrecer una información puntual de la situación fitosanitaria en las distintas zonas. De las observaciones de los técnicos encargados en cada provincia de las estaciones agrometeorológicas, de las 379 estaciones de control en diferentes cultivos, y las observaciones de las Estaciones de control aportadas por las ATRIAs, Asociaciones para Tratamientos Integrado en Agricultura, se resume, a continuación, el siguiente balance fitosanitario.
Actualmente el empleo de agua destilada es una práctica muy habitual en experimentos que se llevan a cabo en los laboratorios. En la destilación del agua por métodos tradicionales no se elimina completamente el cloro que contiene el agua potable que ha sido sometida a un tratamiento de cloración para su desinfección. La naturaleza de los productos fitosanitarios se puede ver afectada cuando se emplea para los estudios agua destilada que contenga residuos de cloro.
En este trabajo se ha estudiado la reacción entre tres herbicidas de la familia de las ciclohexanodionas y agua destilada que contiene cloro residual con el fin de determinar el comportamiento de estos herbicidas.
Asimismo, se pone de manifiesto el problema que puede suponer el empleo de agua destilada ya que puede dar lugar a resultados erróneos debido a la reacción que tiene lugar entre los productos fitosanitarios y el cloro residual.
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