El aumento de las poblaciones del ácaro bronceado del tomate (Aculops lycopersici) está favoreciendo la dispersión del virus de la mancha del fruto del tomate (ToFBV) por los invernaderos de Almería.
ToBFV ya está presente en las principales zonas productoras de tomate de España, según los estudios llevados a cabo por el grupo de Virología del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universitat Politècnica de València (IAM-UPV). Aunque la primera constancia de la presencia de ToFBV en España, concretamente en Almería y Murcia, fue determinada en 2021 durante un estudio para identificar los virus que estaban infectando a los cultivos de tomate, su presencia en cultivos de tomate españoles se remonta, al menos, a 2010.
Para Font, este patógeno “representa todo un enigma, ya que la información disponible sobre su epidemiología es reducida”. Las plantas afectadas presentan un amplio abanico de síntomas: manchas amarillas, clorosis, mosaico y curvado de hojas. Según Isabel Font, viróloga del IAM-UPV y responsable del Laboratorio Nacional de Referencia de Virus no leñosas, esta sintomatología tan variada se debe a la coinfección simultánea con otros virus agresivos, como distintos genotipos del virus del mosaico del pepino dulce (PepMV), el virus de la clorosis del tomate (ToCV) y el virus del rizado amarillo del tomate (TYLCV). Sin embargo, estas enfermedades afectan al follaje, ocasionando manchas cloróticas, mosaicos foliares, abullonado o malformaciones en las flores e incluso necrosis en hojas, mientras que ToFBV no manifiesta síntomas evidentes en las hojas.
Las plantas afectadas por ToFBV presentan un amplio abanico de síntomas: manchas amarillas, clorosis, mosaico y curvado de hojas
Las investigaciones del IAM-UPV han corroborado que no se transmite mecánicamente mediante inoculación artificial. El virus tampoco permanece infectivo en los restos vegetales procedentes de plantas infectadas tras ser enterrados en el suelo; por lo tanto, es incapaz de infectar las plantas de tomate de un cultivo consecutivo, aunque el sustrato esté contaminado. Un alivio para los productores con antecedentes de la enfermedad.
Por último, se ha comprobado que algunas malas hierbas muy comunes en los cultivos de tomate del sureste español de los géneros Chenopodium, Malva y Sonchus son hospedantes del virus, por lo que pueden jugar un papel importante en la epidemiología del mismo.
ToFBV fue detectado por primera vez en 2018 en la región italiana de Lacio, aunque los daños asociados al patógeno se venían observando en campañas anteriores y su presencia en la zona podría remontarse a 2012. En 2019, en la misma región productora, se realizó una prospección para determinar los virus emergentes, y se confirmó la alta prevalencia de este patógeno. En diciembre de 2023, se descubrió por primera vez en la isla de Sicilia, principal zona productora italiana, en plantas de tomate cultivadas en diferentes invernaderos.