Las condiciones ambientales registradas en enero han sido favorables para el desarrollo del oídio en los campos de fresa de la provincia de Huelva, según la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF).

El establecimiento y desarrollo de esta enfermedad se produce con temperaturas entre los 15-25ºC y una humedad relativa entre el 80-100%. Al tratarse de un cultivo con riego por goteo y protegido por una cubierta plástica, las condiciones favorables son frecuentes durante prácticamente toda la campaña. La lluvia, aunque en el exterior de los túneles tiene un efecto letal sobre los conidios, eleva la humedad relativa en su interior, lo que aumenta el riesgo de ataque en los días soleados posteriores.

El Servicio de Sanidad Vegetal de Andalucía ha confirmado que las condiciones ambientales registradas en el interior de los túneles durante enero, especialmente en la segunda quincena, y el tiempo soleado en febrero pueden favorecer el desarrollo del oídio, una de las enfermedades más comunes en los campos freseros de Huelva. Causada por Podosphaera aphanis, infecta hojas, flores, pecíolos, pedúnculos y frutos, reduciendo los rendimientos del cultivo y comprometiendo su comercialización.

Para minimizar la incidencia del oídio, se recomienda ventilar los túneles durante las horas centrales del día e integrar otras medidas culturales, como eliminar restos de cosecha infectados y reducir al mínimo posible los abonados nitrogenados. Respecto al control químico, Sanidad Vegetal pide tener en cuenta las restricciones de uso de fitosanitarios en Producción Integrada y aconseja alternar productos de familias químicas diferentes con el fin de minimizar el riesgo de aparición de resistencias.

Sanidad Vegetal recomienda ventilar los túneles durante las horas centrales del día, eliminar restos de cosecha infectados y reducir los abonados nitrogenados

Los síntomas del oídio son muy característicos: en hoja se puede observar tanto manchas rojizas o necróticas en el haz como el propio micelio blanquecino del hongo ramificándose en el envés, curvándose finalmente hacia arriba y apareciendo zonas enrojecidas; en fruto se puede observar el micelio blanquecino cubriendo parte o la totalidad de su superficie. Ese tono blanquecino-grisáceo del micelio es el que le da el nombre coloquial de ‘cenizo’.

Las condiciones climáticas de enero también propiciaron un aumento en la incidencia de Botrytis cinerea. Sin embargo, la lenta producción de fruta debido a las temperaturas frescas mantuvo la intensidad de ataque en un nivel leve.

Estas mismas temperaturas han conseguido que la incidencia de la araña roja (Tetranychus urticae) en los campos de fresa haya sido baja, aunque las condiciones dentro de los túneles, con temperaturas algo más altas, podrían favorecer su desarrollo si no se controla adecuadamente.

Por último, la RAIF ha notificado que la presencia de pulgones también ha sido muy baja en enero, sin representar un problema significativo, aunque prevé que sus poblaciones aumenten con la subida de temperaturas en los próximos meses.

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