El Gobierno de Sudáfrica ha dado un paso inédito en su ofensiva contra la legislación fitosanitaria de la Unión Europea al solicitar un grupo especial en la Organización Mundial del Comercio para cuestionar el tratamiento de frío contra la falsa polilla, Thaumatotibia leucotreta, y las medidas para evitar la introducción de Phyllosticta citricarpa, hongo causante de la mancha negra, dos de las principales amenazas de los cítricos.

Recientemente, la Citrus Growers Association (CGA), patronal de los exportadores y productores sudafricanos, advertía de que el proceso abierto por sus autoridades en el seno de la OMC contra la Comisión Europea “no es conflictivo ni agresivo”. Se referían así a las dos llamadas a consultas al ejecutivo comunitario y a la convocatoria del Órgano de Solución de Diferencias de la OMC para cuestionar la normativa al respecto del tratamiento de frío para las naranjas procedentes de países con la falsa polilla, aprobada en 2022, y contra la regulación comunitaria para evitar la llegada de la mancha negra, aprobadas también en 2022. Ahora, el Gobierno de Pretoria ha pedido la convocatoria de grupos especiales para estudiar ambos casos. “Apoyamos la posición firme que en todo momento ha mantenido Bruselas a este respecto, que ha optado por lamentar esta actitud beligerante y por bloquear esas dos peticiones. Los exportadores de cítricos del CGC nos alineamos con la postura mantenida por la Comisión  porque también nos situamos del lado de la ciencia, del análisis de riesgos que en su momento realizó la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), el Join Researh Center (JRC, Centro Común de Investigación, el servicio de ciencia y conocimiento de la propia Comisión) e incluso la EPPO (Organización Europea y Mediterránea para la Protección Vegetal), que avalaron las regulaciones que Sudáfrica pone en duda”, advierte la presidenta del Comité de Gestión de Citricos, Inmaculada Sanfeliu.

El Gobierno de Cyril Ramaphosa insiste en cuestionar, apoyado por el Citrus Research International (CRI), un centro de investigación que está financiado por los mismos exportadores sudafricanos, todo el cuerpo legislativo que la UE viene aplicando para evitar la introducción de ambos patógenos, que forman parte de las veinte plagas y enfermedades prioritarias de la UE por su impacto social, medioambiental y económico.

En 2023, se alcanzaron las 51 interceptaciones de la mancha negra en cítricos procedentes de Sudáfrica

En 2023, se alcanzaron las 51 interceptaciones de la mancha negra en cítricos procedentes de Sudáfrica; en las últimas tres campañas, la media anual supera los 40 rechazos, una cantidad que rebasa los peores registros medios acumulados por este país entre 2012 y 2014. La amenaza para la citricultura europea es evidente: al contrario de lo que sostuvo durante largo tiempo el CRI, este hongo no solo se ha adaptado al clima mediterráneo, sino que se encuentra fuera de control en Túnez. Según la EFSA, su impacto en la UE podría alcanzar los 1.185 millones de euros. El CGC critica que los controles reclamados por la Comisión, basados en una mayor supervisión y en la aplicación de tratamientos fungicidas más eficaces, merezcan ahora la reprobación de Sudáfrica “cuando se trata de requerimientos más laxos que los de EE UU, que solo permite exportar a su mercado desde zonas declaradas como libres de esta enfermedad”.

En cuanto al tratamiento de frío contra T. leucotreta, el CGC recuerda que es un requerimiento técnicamente mucho menos exigente que el aplicado, contra esta misma plaga, por EE UU, China, Corea del Sur o India, que las autoridades sudafricanas no han cuestionado en ningún momento y menos aún llevado a la OMC. Incluso, pese a que la EFSA confirmó que pueden ser igualmente hospedantes las mandarinas o los pomelos, solo se exige para las naranjas procedentes de países con esta plaga, como Sudáfrica. “Resulta incluso curioso que sus autoridades lo critiquen ahora cuando el régimen de temperaturas propuesto se basa en un estudio de la propia CRI sudafricana, cuyos resultados fueron puestos en duda por la EFSA. Y ni siquiera así se tiene la certeza de que los operadores comunitarios hayan cumplido todo este tiempo con tal tratamiento más light, porque el CGC tiene constancia de que el proceso se ha aplicado en ocasiones de manera irregular (midiendo la temperatura ambiente del contenedor, no de la pulpa de la fruta)”, denuncian los citricultores nacionales.