La expansión mundial del virus rugoso del tomate (ToBRFV) ha llevado a las autoridades europeas a actualizar el reglamento que recoge las medidas para prevenir su introducción a través de la importación de semillas de pimiento y tomate, y en el que modifica la frecuencia de los controles oficiales.

La Comisión Europea ya revisó la normativa en mayo de 2023 para tratar de frenar la entrada de este patógeno, con controles mucho más estrictos de las importaciones de tomate y pimiento de determinados países. Sin embargo, desde entonces se ha identificado por primera vez en Irlanda, Lituania, Letonia, Rumanía y Croacia. Fuera de la UE, en los últimos dos años se ha detectado en Australia, India, Marruecos y Argentina. El Reglamento de Ejecución (UE) 2024/2970 reconoce que, desde la adopción del anterior reglamento, el virus se ha seguido propagando ampliamente en el territorio de la Unión a pesar de las medidas tomadas. Además, el análisis actualizado del riesgo de plagas realizado por la Organización Europea y Mediterránea para la Protección de las Plantas (EPPO) en junio de 2024 ya señaló que la situación de ToBRFV “ha ido evolucionando hasta tal punto que se ha producido un aumento de su área de distribución en todo el mundo”.

La nueva legislación deja de considerar el rugoso como plaga cuarentenaria y pasa a figurar como “plaga regulada no cuarentenaria”. Para garantizar que las semillas y vegetales para plantación de tomate y pimiento estén libres del virus, la UE exige que procedan de “un país declarado libre de la plaga especificada por el servicio fitosanitario nacional de conformidad con las normas internacionales relativas a medidas fitosanitarias” o sean sometidas a “análisis oficiales o llevados a cabo por operadores profesionales bajo supervisión oficial”. Para evitar una destrucción excesiva de semillas en el caso de pequeños lotes, que procedan de una cantidad igual o inferior a treinta plantas madre, es preciso someter a análisis únicamente las plantas madre, y no sus semillas.

La excepción se encuentra en los vegetales para plantación pertenecientes a variedades de pimiento que han demostrado ser resistentes al virus, que no deben estar sujetos a los requisitos del reglamento ni a los correspondientes índices de frecuencia de los controles, ya que el riesgo fitosanitario “es aceptable y la resistencia está suficientemente documentada y controlada por las autoridades competentes”.

Los porcentajes de muestreo y análisis se han ido incrementado conforme el patógeno se ha ido dispersando. Así, la nueva normativa indica que “los controles de identidad y físicos de los envíos de vegetales para plantación que se introduzcan en la Unión deben llevarse a cabo con un índice de frecuencia del 100%”, y mantener los porcentajes de frecuencia más elevados para Israel y China, países en cuyos envíos se han producido más interceptaciones. Precisamente, un estudio del Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM) y el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), ambos en la Universitat Politècnica de València, reveló que el 34,4% de las importaciones de semilla comercial de pimiento procedentes de China entre 2019 y 2023 eran portadoras de tobamovirus; además de ToBRFV, también pertenece a este género el virus del mosaico moteado del tomate (ToMMV), entre otros patógenos.

En España, ToBRFV ya se ha detectado en la Región de Murcia, Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña, País Vasco, Canarias y Baleares

En España, el rugoso se identificó por primera vez en la provincia de Almería, en 2019, donde posteriormente han ido apareciendo numerosos positivos en invernaderos de tomate y pimiento, y en centros de investigación de mejora vegetal. Actualmente, ya afecta a 850 hectáreas de la localidad murciana de Mazarrón, donde apareció en 2021, y también se ha detectado en invernaderos de Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña, País Vasco, Canarias y Baleares.

En un artículo publicado en Phytoma, a cargo del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), se describen aspectos básicos de ToBRFV, como su facilidad de transmisión, elevada persistencia y la presencia de otros hospedantes habituales, que pueden ayudar a establecer las estrategias de manejo.

Desde su descubrimiento en 2014 en Israel, el rugoso ha tenido una rápida expansión por diversas zonas productoras de tomate de todo el mundo, causando importantes daños. Puede transmitirse mecánicamente y por semillas. Se considera un virus muy estable y resistente, capaz de conservar su capacidad infectiva durante semanas, meses o años, según superficies o sustratos en los que se encuentra, y resistir técnicas de desinfección que pueden resultar muy eficaces sobre otros virus, como la solarización. Además, dispone de numerosos hospedantes naturales, incluidas hierbas como la hierbamora (Solanum nigrum), cenizos y bledos (Chenopodium y Amaranthus spp.), la corregüela (Convolvulus arvensis), las cerrajas (Sonchus oleraceus) o los pinillos (Conyza spp.), sobre las que puede perpetuarse en las zonas que coloniza.