Después de detectarse, en verano de 2019, la presencia de Pulvinaria polygonata en parcelas de cítricos del sur de Alicante, el Servicio de Sanidad Vegetal de la Región de Murcia ha confirmado la presencia de esta cochinilla en una parcela de mandarino localizada en el Mirador (San Javier). En la Comunidad Valenciana afecta ya a 5.000 has.
P. polygonata es una plaga polífaga que está citada como plaga importante en mango en la India y puede llegar a ser una plaga potencial en cítricos debido a sus preferencias en cuanto a hospedantes. Comúnmente se le conoce en inglés como Cottony Citrus Scale (cochinilla algodonosa de los cítricos) o Mango Scale (cochinilla del mango). El principal daño causado en mango se debe a la succión de la savia, que debilita al árbol, y a la acumulación de la melaza que excretan las ninfas y las hembras adultas, sobre las que se desarrollan las negrillas.
En un artículo publicado en Phytoma el pasado mes de marzo, investigadoras del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universitat Politècnica de València, la Universidad de Padua y la empresa Elytra Agroscience Services S.L. detallaron la detección, proprimera vez en Europa, de Pulvinaria polygonata en Alicante. En él explican que existen diversas especies de parasitoides y depredadores que podrían utilizarse en el control biológico de esta plaga, algunas de ellas presentes en los cítricos valencianos, como Cryptolaemus mountouzieri, Metaphycus helvolus o Microteris nietneri. Esta última, además, se ha obtenido a partir de hembras parasitadas recolectadas en las parcelas del foco detectado”. Al respecto, la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generlitat Valenciana, Mireia Mollà, ha reclamado una partida presupuestaria de 3 millones de euros anuales para “desarrollar una alternativa de lucha biológica viable contra una plaga introducida por un insuficiente control en frontera”.
Mollà ha declarado que la presencia de otra plaga importada de terceros países refuerza la necesidad “de extremar e intensificar los controles en los puertos de entrada de material vegetal”. La nueva plaga “no solo supone un riesgo añadido para los cultivos sino que comporta un incremento de los costes que reduce la rentabilidad de las explotaciones”, según la consellera.