Las flores de inverno más comunes en la citricultura mediterránea, como Diplotaxis erucoides, Moricandia arvensis o Lobularia maritima, y la especie Festuca arundinacea, ampliamente utilizada en cubiertas vegetales, no favorecen la instalación de Scirtothrips sp. en las parcelas, según las primeras observaciones del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias.

El proyecto de investigación que el IVIA y el Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana pusieron en marcha hace unos meses, tras la repentina aparición de Scirtothrips aurantii, sigue dando sus frutos. Uno de los objetivos principales es determinar qué especies vegetales son más seguras en el diseño de cubiertas vegetales y, por tanto, no contribuirían al establecimiento de estos trips en las parcelas. Una información muy relevante para el manejo de esta plaga tan polífaga, ya que en la citricultura mediterránea, el papel de este tipo de infraestructuras ecológicas es fundamental para optimizar el control biológico por conservación.

Aunque está previsto que el proyecto se desarrolle durante varios años, el interés del sector ha llevado al IVIA a difundir las primeras observaciones obtenidas hasta la fecha, basadas en los resultados preliminares de estudios de campo en explotaciones citrícolas de la región, en ensayos de laboratorio y en la bibliografía existente de otras regiones citrícolas del mundo.

Así, las especies vegetales de la familia Poaceae, como Festuca arundinacea, y las brasicáceas de inverno comunes en la citricultura mediterránea no han registrado poblaciones de estos trips. Su presencia en asteráceas (compuestas), por el contrario, es mucho más variable y requiere evaluaciones caso a caso. En este sentido, los géneros Calendula y Sonchus no han registrado presencia de Scirtothrips sp. durante los muestreos realizados en campo hasta la fecha; en Achillea sí se han encontrado individuos, por lo que es necesario un seguimiento más detallado para determinar su papel.

El papel de las cubiertas vegetales en la citricultura es fundamental para optimizar el control biológico por conservación

Tanto la bibliografía como los primeros estudios del IVIA indican que la familia Fabaceae (leguminosas) pueden ser hospederos de estos trips. Entre las especies leñosas de esta familia (acacias, retamas…) podrían existir hospederos alternativos de importancia. A falta de un seguimiento más exhaustivo, las leguminosas herbáceas no son citadas como hospederos preferenciales.

Por último, especies arbustivas como zarzamoras (Rubus ulmifolius) o el ricino (Ricinus communis) podrían actuar también como hospederos alternativos.

El IVIA matiza que estos resultados derivan de las primeras observaciones que permiten lanzar unas recomendaciones iniciales. El estudio continúa en desarrollo y es muy probable que, próximamente, se obtengan nuevos resultados que arrojen más luz sobre esta compleja relación entre la plaga y sus plantas hospederas, lo que ayudaría a refinar las estrategias de manejo propuestas.

Los entomólogos del centro valenciano señalan que, en diseños diversos con multitud de especies vegetales, “las relaciones tróficas que se establecen entre fitófagos y enemigos naturales pueden ser muy complejas. En estas circunstancias, el papel de un posible hospedero alternativo debe evaluarse en detalle, ya que, aunque pueda actuar como foco de infestación, también podría actuar como atrayente de enemigos naturales de esta misma plaga”.

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