La Xylella fastidiosa se ha detectado por primera vez en la provincia de Valencia, en una parcela de almendros situada en Villalonga, en la comarca de La Safor. La Generalitat Valenciana ha publicado la decimoquinta actualización de la presencia de la bacteria en el foco de Alicante.
De las prospecciones realizadas durante 2020, el Laboratorio de bacteriología de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha diagnosticado, hasta el 2 de junio de 2021, la infección por Xylella fastidiosa en 835 muestras procedentes de más de cincuenta municipios, entre ellos Villalonga, en el sur de Valencia, que ya estaba dentro de la zona demarcada pero donde todavía no se había detectado ningún positivo. Con la última actualización, la zona demarcada ya afecta, total o parcialmente, a 76 municipios, todos en la provincia de Alicante salvo Oliva y Villalonga, en Valencia.
Los positivos se han detectado en una veintena de especies vegetales distintas, aunque la gran mayoría en almendro, el cultivo que con diferencia más está sufriendo la propagación de la bacteria en el foco de Alicante.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha manifestado su “profunda preocupación e indignación por la pésima gestión de la erradicación que está llevando a cabo la Generalitat Valenciana. Ya han pasado cuatro años y no está acabando con el problema, es más, está fracasando como administración con competencias en sanidad vegetal y está desobedeciendo las directrices de la Unión Europea. Una erradicación debe hacerse de manera contundente y rápida, no puede eternizarse sine die. Por culpa de la politización y los intereses de los partidos políticos, no está resolviendo con eficacia un asunto de interés general, ya que la enfermedad podría mutar, afectar a otros cultivos y expandirse a otras regiones españolas y europeas”.
Aguado pide que “la Conselleria de Agricultura utilice todas las armas que tiene a su disposición para extirpar la Xylella fastidiosa de nuestro territorio, que aplique la ley, que se ponga las pilas, y que al mismo tiempo atienda a los agricultores afectados a través del pago de indemnizaciones en suficiente cuantía, tiempo y forma, dando además ayudas y posibilidades para hacer viables sus nuevas explotaciones agrarias. Si cumple sus obligaciones con decisión, voluntad y dinero, contará con nuestra máxima colaboración. Si sigue con un paripé que formalmente vende como erradicación pero de facto es contención, nos tendrá de frente porque no estamos dispuestos a pagar los platos rotos de sus malas decisiones”.
La Unión Europea realizará una nueva auditoría en el próximo mes de septiembre para evaluar sobre el terreno la ejecución del plan de erradicación. La última fue en abril de 2019, ya que el año pasado no hubo a causa la pandemia.