La avispilla del almendro (Eurytoma amygdali), que desde su aparición en Albacete (2010) se ha ido extendiendo como una mancha de aceite, ha alcanzado las plantaciones del norte de Granada, en los municipios de Orce, Galera y Cúllar. Andalucía se suma así a Castilla-La Mancha, Aragón, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, que lidian con esta plaga desde hace varios años.
En junio, técnicos de producción integrada del cultivo del almendro de la provincia de Granada alertaron al Servicio de Sanidad Vegetal de la posible presencia de E. amygdali en Orce. A partir de entonces, las prospecciones se intensificaron y se produjeron nuevas detecciones en dicho municipal, además de en Galera y Cúllar.
Dada la incidencia que la plaga podría alcanzar en las plantaciones de almendro, así como el potencial de riesgo que presenta, la Delegación Territorial de Agricultura en Granada ha adoptado un plan de medidas fitosanitarias de obligado cumplimiento en las zonas de producción afectadas para intentar erradicar el brote.
Así, los titulares de las parcelas agrícolas en las que se constate o sospeche la presencia de la avispilla deberán comunicarlo a Sanidad Vegetal y eliminar las almendras afectadas mediante la quema. Estas no pueden trasladarse fuera de la explotación ni abandonar en los alrededores de las parcelas, ya que constituiría un foco de dispersión de la plaga. Tampoco se podrán enterrar ni trasladar las mondas o pieles fuera de las parcelas que estén incluidas en los polígonos señalados, ni utilizar las pieles para alimentación del ganado, para combustible de estufas u otros usos.
Una vez terminada la recolección, en las parcelas que se encuentren dentro de los polígonos señalados se deberán eliminar todas las almendras que hayan quedado en los árboles y en el suelo mediante quema in situ, para evitar la eclosión de adultos en la siguiente temporada que puedan prolongar y extender la plaga en la siguiente campaña.
Los productores deberán extremar las medidas de limpieza de la maquinaria de recolección, los equipos de transporte y almacenaje, para evitar que queden restos de almendras que puedan convertirse en focos de dispersión de la plaga.
Los titulares de los almacenes receptores de almendra procedentes de zonas en las que la avispilla está presente o se sospeche su presencia deberán establecer condiciones de almacenamiento y conservación adecuadas para evitar la contaminación del resto de las partidas almacenadas, extremando la limpieza de los equipos que entren en contacto con dichas almendras. Asimismo, procederán a la destrucción de las almendras afectadas y comunicar a la Delegación Territorial de la entrada de partidas con daños compatibles con esta plaga.
E. amygdali es un himenóptero que realiza en primavera su puesta en la almendra y permanece hasta parte del verano en su interior, alimentándose de la semilla. En la primavera siguiente, una vez completado su ciclo biológico, realiza un orificio en la cáscara por el que sale al exterior con el objetivo de infestar nuevas almendras. Esta salida coincide con la presencia de almendras de la campaña siguiente.
La eliminación de los frutos afectados y la aplicación de tratamientos durante la época de apareamientos y puestas se han revelado como las estrategias preventivas más eficaces y rentables para bajar las poblaciones de la avispilla del almendro. Así lo explicó Antonio Monserrat, del Equipo de Protección de Cultivos del IMIDA, en un Phytoma Meet dedicado a esta plaga.