El Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca, celebrado esta semana en Bruselas, no ha logrado la mayoría necesaria para consensuar una posición común respecto a la propuesta de reglamento sobre las plantas producidas mediante nuevas técnicas genómicas (NTG) para desarrollar variedades más resistentes al clima y a las plagas y enfermedades.
La aceptación o rechazo de la propuesta requería la mayoría cualificada (55% de Estados que representen al menos al 65% de la población), pero no se logró por la oposición de Polonia, Austria, Hungría, Rumanía, Croacia, Eslovenia y Eslovaquia, y la abstención de Alemania y Bulgaria.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que confiaba en sacar adelante la nueva regulación sobre las NTG durante la Presidencia española del Consejo de la UE, que concluye este mes, destacó los avances producidos para conseguir un enfoque común sobre la mayor parte de los aspectos de la propuesta. Así, aseguró que se han puesto las bases para poder aprobar próximamente un acuerdo general, y que por ello continuará el trabajo hasta el 31 de diciembre para que la Presidencia belga, en el primer semestre de 2024, “pueda culminarlo con éxito”.
El ministro reiteró la importancia de los avances producidos sobre las nuevas técnicas genómicas en relación con el poco tiempo transcurrido desde que la Comisión presentó su propuesta el 5 de julio, hace apenas cinco meses, ya que se trata además de un debate difícil, muy sensible. La aplicación de las nuevas tecnologías, como las nuevas técnicas genómicas, en la producción agraria fue el tema central de la Reunión Informal de Ministros celebrada a principios de septiembre en Córdoba, y ha sido objeto de ocho reuniones técnicas y de dos sesiones ministeriales. “Debemos afrontar este debate con determinación, porque permitirá afianzar nuestra necesaria autonomía estratégica y la seguridad alimentaria”, declaró Planas.
Las plantas desarrolladas con NTG requieren menos fertilizantes y fitosanitarios y pueden garantizar un mayor rendimiento. En la mayoría de los casos, dan lugar a cambios más específicos, precisos y más rápidos que las técnicas convencionales, al tiempo que se obtiene un cultivo que es igual al que podría haberse logrado con técnicas clásicas, como la selección y el cruce de semillas. En el ámbito de la sanidad vegetal, las técnicas de edición genética como el CRISP/Cas se están aplicando para editar y modificar genes de susceptibilidad y evitar así el inicio o progresión de la infección de los fitopatógenos.
El ministro reiteró que la UE está ante una gran oportunidad, pero que es necesario el esfuerzo de todos para poder alcanzar el apoyo necesario y afrontar el debate con el Parlamento europeo. Europa, advirtió, “no puede perder el tren del progreso científico y tecnológico en el que ya están subidos algunos de sus competidores y socios comerciales”.