Las altas temperaturas registradas desde principios de marzo han acelerado el ritmo de emergencia de nuevos adultos de la avispilla del almendro (Eurytoma amygdali). Los Servicios de Sanidad Vegetal de las comunidades afectadas por esta plaga indican que conviene realizar los tratamientos insecticidas a los tres o cinco días de las primeras salidas.
En la Comunidad Valenciana, las salidas de adultos en almendras afectadas de la campaña pasada ya han empezado a producirse en todas las zonas; no obstante, Sanidad Vegetal aconseja hacer el seguimiento de la metamorfosis “a nivel de explotación, debido a las diferencias entre parcelas en la salida de los adultos incluso en la misma zona de cultivo”. En la Región de Murcia, Campo de Cartagena-Fuente álamo es la zona más adelantada. Sanidad Vegetal también ha aconsejado iniciar ya los tratamientos en la zona del Río Mula y en algunos parajes de Jumilla y Yecla.
Las materias activas autorizadas para la plaga de la avispilla en el almendro son limitadas: en agricultura ecológica, piretrina 4% (EC) y aceite de parafina 79% (EC); en convencional, lambda cihalotrin 1,5% (CS), 2,5% (WG) y 10% (CS), y spirotetramat 10% (SC). A la hora de realizar los tratamientos, hay que tener en cuenta las variedades de almendros que aún no han tirado los pétalos para no perjudicar a las abejas que hay en las parcelas.
Además de los tratamientos con insecticidas, los frutos afectados deben ser destruidos mediante la quema y en ningún caso se pueden utilizar para alimento del ganado, combustible de estufas u otros usos. Los almacenes receptores de almendra deben establecer condiciones adecuadas para evitar la contaminación de las partidas almacenadas y, en caso de la detección de partidas infestadas, deben proceder a su destrucción.
Esta plaga está presente en todos los países mediterráneos. En Francia se detectó por primera vez en 1981, mientras que la primera detección en territorio español se remonta a julio de 2010 en Castilla-La Mancha. Desde entonces, se ha expandido a Aragón, la Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Cataluña, convirtiéndose en un problema para las plantaciones de este cultivo en la cuenca mediterránea, sobre todo de producción ecológica, ya que ni el control tecnológico, con feromonas sexuales y trampas con atrayentes alimenticios, ni el control biológico están siendo eficaces por el momento. La eliminación de los frutos afectados y la aplicación de tratamientos durante la época de apareamientos y puestas se han revelado como las estrategias preventivas más recomendables y rentables.