El cotonet de les Valls (Delottococcus aberiae), pseudocóccido procedente de Sudáfrica que se detectó en la Comunidad Valenciana por primera vez en 2009, ya se ha extendido a toda la zona citrícola, desde el norte de Vinaroz hasta el sur de Orihuela. Así lo ha demostrado una reciente investigación del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, que ha estudiado la distribución de la plaga mediante trampas cebadas con su feromona sexual, cuyos resultados se han publicado en el último número de la revista Phytoma (311, agosto-septiembre de 2019).
Los investigadores de este instituto de la Universitat Politècnica de Valencia habían conseguido identificar su feromona sexual a principios de este año. Las seiscientas trampas cebadas con ella han permitido detectar D.aberiae en todas las área de producción citrícola de la Comunidad Valenciana, con capturas especialmente altas entre Castellón de la Plana y Puzol, la zona entre Tabernes de la Valldigna y Gandía y en la zona citrícola de Ondara-Pego.
Según afirman los investigadores en su artículo, “de los datos de capturas se puede deducir que su expansión no se ha debido al movimiento natural de la plaga sino al transporte de la misma por los propios agricultores, recolectores, comerciantes o transportistas ya que la distribución de la misma no tiene continuidad desde su punto de origen. En este sentido, es esencial la limpieza de los cajones de recolección y cualquier material que provenga de zonas afectadas por la plaga para impedir así su expansión”.
El cotonet de Les Valls es una de las plagas invasivas que más alarma está causando en los cítricos valencianos por su rápida expansión en los últimos dos años, las deformaciones que provoca directamente en los frutos, la carencia de un control biológico eficaz y su difícil tratamiento con agroquímicos. Precisamente, este estudio también ha servido para confirmar que la feromona sexual de síntesis es muy eficiente en la captura de insectos y su utilización en sistemas de captura masiva o de confusión sexual tiene un gran potencial. Su desarrollo dependerá en gran medida del precio final de síntesis de la misma, ya que con este método de control la cantidad requerida de feromona es muy elevada.
Otra alternativa para reducir las poblaciones de la plaga es el control biológico clásico con enemigos naturales procedentes del país de origen. Una investigación encabezada por la Dra Antonia Soto, del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, identificó en Sudáfrica el parasitoide Anagyrus aberiae. El Ministerio de Agricultura ha aprobado recientemente introducirlo en España y ya se están realizados los estudios necesarios para garantizar que no ocasionará ningún impacto negativo en el ecosistema y, de esta forma, pueda ser autorizada su liberación en campo.