Un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha identificado a Anagyrus fusciventris como el parasitoide más abundante y ampliamente distribuido de Pseudococcus longispinus, principal plaga en el cultivo de caqui en España. Este trabajo, que fue galardonado el año pasado con el X Premio SEEA-Phytoma a la mejor comunicación en panel del XII Congreso de la Sociedad Española de Entomología Aplicada, acaba de ser publicado en la revista Phytoma.
El IVIA ha estudiado el complejo de parasitoides que ataca a P. longispinus en caquis de la Comunidad Valenciana. La especie más abundante y ampliamente distribuida fue A. fusciventris, que parasita preferentemente estadios avanzados del pseudocóccido, sobre todo ninfas de tercer estadio y hembras adultas. Por lo tanto, si se optara por su liberación para reducir las poblaciones de la plaga, el momento óptimo sería aquel en el que predominen estos estadios. Actualmente, el IVIA, en colaboración con Anecoop y la empresa Koppert, está llevando a cabo diferentes ensayos con el objetivo de desarrollar una estrategia basada en la cría y liberación de este parasitoide para mejorar el control de P. longispinus.
Según este trabajo, el nivel de parasitismo de A. fusciventris fue muy variable entre parcelas y años. Los investigadores achacan estas limitaciones del control biológico a varios factores. En primer lugar, a la presencia de hiperparasitoides que parasitan a los parasitoides primarios y pueden comprometer el control biológico que estos ejercen.
Por otro lado, algunas especies de hormigas se alimentan de la melaza que excretan los pseudocóccidos y, a cambio, los protegen de sus enemigos naturales. Ensayos del IVIA han demostrado que el parasitismo sobre P. longispinus se incrementó significativamente cuando las hormigas mutualistas no estaban presentes. Por lo tanto, la gestión de estas puede mejorar la eficacia de los parasitoides. En este sentido, los investigadores apuntan que el método de exclusión basado en la aplicación de pegamento resulta muy laborioso, especialmente en los árboles de caqui más longevos, cuya corteza es muy rugosa, y reconocen que son necesarios futuros trabajos para desarrollar métodos más factibles y económicos para los agricultores.
En tercer lugar, los insecticidas no resultan muy eficaces contra los pseudocóccidos por las secreciones céreas hidrófugas que los protegen, su tolerancia a varias materias activas (y la prohibición en la UE de las más eficaces) y el comportamiento críptico de estos, que limita su contacto con los insecticidas, mientras que los parasitoides están más expuestos. Este trabajo confirma que las tasas de parasitismo disminuyen tras la aplicación de insecticidas, lo que se puede traducir en una mayor incidencia de la plaga. No obstante, el IVIA está llevando a cabo actualmente más ensayos para cuantificar el efecto de los insecticidas sobre la eficacia de los parasitoides y la densidad de P. longispinus.
El Premio SEEA-Phytoma fue creado en 2003 para fomentar la investigación en el ámbito de la entomología aplicada. Al galardón optan los investigadores menores de 35 años que presentan comunicaciones en panel en el congreso nacional que organiza la SEEA cada dos años. El primer premio está dotado con una estatuilla y 600 €.