La viticultura está adoptando cada vez más tecnologías digitales para lograr calidad, eficiencia, productividad y rentabilidad dentro de un marco sostenible. Sin embargo, existe una brecha de habilidades, ya que los sistemas agrícolas tradicionales se enfrentan a demandas globales de sostenibilidad que requieren conocimientos especializados y habilidades técnicas. Entre las competencias clave destacan las relacionadas con los sensores remotos y la comprensión e interpretación del uso de la información espectral. Estas habilidades permiten, por ejemplo, la detección temprana de enfermedades en un viñedo, lo que facilita la adopción de prácticas sostenibles en la viticultura mediante aplicaciones inteligentes y otras tecnologías.
La transición hacia tecnologías digitales va cobrando siempre mayor interés dentro del ámbito agrícola y el sector vitícola se presenta en este escenario como un banco de prueba ideal para conseguir los objetivos de calidad, eficiencia, productividad y rentabilidad, dentro del marco de la sostenibilidad, que guía y empuja hacia modelos y métodos que en la transformación digital encuentran una valida elaboración. El aprovechamiento de tecnologías avanzadas permite de hecho la creación de proyectos escalables con importantes impactos sociales y económicos. El avance tecnológico permite recopilar y analizar grandes cantidades de datos, proporcionando conocimientos más profundos y una toma de decisiones más informada. Sin embargo, la actual transformación digital impone la necesidad de cerrar la brecha de habilidades requeridas dentro del sector agrícola, donde los sistemas tradicionales de gestión se ven desafiados por las crecientes demandas de sostenibilidad global. El sector vitícola demanda siempre más un conocimiento especializado y habilidades técnicas cada vez más específicas. Así, la viticultura se presenta como un sector ampliamente influenciado por la revolución tecnológicas, al mismo tiempo que un área critica para la investigación y la innovación dentro del sector agrario.