Las plantas tienen una gran capacidad de adaptación a diferentes condiciones ambientales porque disponen de mecanismos moleculares de percepción de señales exógenas y de cambios físico-químicos de su entorno. Además, las plantas tienen sistemas de reconocimiento de señales endógenas de alarma que se liberan o producen por las células vegetales en situaciones de estrés. Estos mecanismos de reconocimiento permiten activar respuestas fisiológicas moleculares específicas para la adaptación de las plantas a las condiciones ambientales o responder frente a interacciones bióticas como las causadas por patógenos. Esta capacidad de percepción de señales moleculares está conservada en las especies vegetales cultivadas, incluida la vid (Vitis vinífera L.). La caracterización de estos mecanismos de percepción en especies vegetales modelo y en cultivos puede permitir el desarrollo de estrategias de regulación de la adaptabilidad de los cultivos mediante la aplicación exógena preventiva de moléculas señalizadoras o de mezcla biológicas que las contengan. Esta estrategia de bioestimulación y activación de respuestas fisiológicas naturales de los cultivos representa una oportunidad para el desarrollo de una agricultura más sostenible basada en biosoluciones. En este artículo se presentan algunos de los avances en el uso de estas biosoluciones y sus aplicaciones en el cultivo de la vid.
La mejora de la adaptabilidad genética y evolutiva de las plantas fue pareja a su colonización de la superficie terrestre hace unos 550 millones de años. Esta adaptabilidad evolutiva por expansión y diversificación genética determinó que las plantas pudieran colonizar distintos ambientes, incluidos algunos muy extremos como desiertos y saladares. También esta diversificación genética confirió a las plantas plasticidad para activar respuestas fisiológicas específicas de adaptación. Muchos de los mecanismos de adaptabilidad de las plantas están basados en sistemas de reconocimiento molecular y activación que están conservados en la mayoría de las especies vegetales, incluidos cultivos como la vid (Vitis vinifera L.). La capacidad de las plantas para la percepción de señales que regulan respuestas fisiológicas reside en un conjunto de genes que codifican proteínas receptoras o sensoras, que una vez sintetizadas por la maquinaria celular se depositan principalmente en la superficie de las células vegetales (membrana plasmática), pero también en otros compartimentos u orgánulos celulares.