La globalización y el cambio climático favorecen la aparición de nuevas plagas, la dispersión geográfica y su presencia durante más tiempo en los cultivos, lo que ocasiona daños importantes en planta y frutos. Por ello, una detección temprana de las plagas es esencial en el proceso productivo y las herramientas de monitorización automatizada de plagas nos permiten identificar y/o cuantificar diversos tipos de plagas que están en el cultivo e intensidad de estas, generando información que ayuda a tomar la mejor decisión, reduciendo el tiempo de respuesta ante los problemas que se presenten. Las herramientas de monitorización nos permiten mejorar la sostenibilidad de nuestros procesos productivos.
El movimiento de mercancías entre países y el cambio climático tienen un impacto significativo en la dinámica de las plagas en los cultivos. El aumento de las temperaturas, las variaciones en los patrones de precipitación y la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos han modificado los hábitats y los ciclos de vida de las plagas, favoreciendo una mayor dispersión geográfica, incrementando la tasa de supervivencia y el número de generaciones, así como la aparición de nuevas plagas (Skendžić y col., 2021). Todo esto representa un riesgo para mantener los cultivos en un óptimo estado sanitario y puede llegar a ocasionar graves pérdidas de producción, por lo tanto, pérdidas económicas para el productor.