El cambio en el patrón de las precipitaciones y la mayor frecuencia de eventos extremos como las olas de calor están provocando situaciones de déficit hídrico severo que, aunque sea puntual, afecta negativamente al sector vitivinícola español, localizado principalmente en regiones semiáridas. Este trabajo muestra los efectos del déficit hídrico puntual (sequía estacional) sobre la producción y calidad de la uva para tres variedades, Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Chardonnay. Para ello se caracteriza el déficit hídrico en función de su intensidad y el momento (estado fenológico) en el que se produce y se analiza el estado hídrico de la vid con el objetivo de proporcionar valores umbrales de indicadores de referencia (potencial hídrico) que permitan a los viticultores poder cuantificar el estrés hídrico al que se encuentra la vid y poder adaptar su gestión del riego y del viñedo para alcanzar sus objetivos de calidad y producción.
España es el país con mayor superficie de viñedo del mundo (912.433 ha), de ellas actualmente el 69% corresponde a secano, y el 31% a regadío (MAPA, 2021). Aunque la superficie plantada con viñedo no ha variado en los últimos veinte años (ha disminuido un 2%), el mayor cambio se observa en el descenso muy significativo del área dedicada al cultivo en secano (13%). Este cambio de secano a regadío se entiende debido a que la mayor parte del viñedo español se cultiva en regiones áridas y semiáridas muy vulnerables a experimentar escenarios de sequía donde las precipitaciones anuales acumuladas se encuentran en el rango entre 250 y 500 mm. Estas escasas precipitaciones están generalmente distribuidas de manera muy irregular, lo que provoca la existencia de una estación seca que se prolonga durante la primavera y verano, el periodo de actividad de la vid.