Los compuestos de cobre han sido históricamente fundamentales en la agricultura europea, especialmente en el sector ecológico, donde actúan como una herramienta esencial para el control de enfermedades fúngicas y bacterianas. Sin embargo, su estatus regulatorio bajo el Reglamento (CE) 1107/2009 presenta una compleja intersección entre su eficacia comprobada y los desafíos regulatorios actuales.
A diferencia de los productos fitosanitarios orgánicos sintéticos, el cobre posee características únicas: es un metal de transición inorgánico, un micronutriente esencial y está naturalmente presente en el medio ambiente. Estas particularidades han generado importantes desafíos en la aplicación de los marcos regulatorios convencionales, diseñados principalmente para compuestos orgánicos sintéticos.
Desde la última renovación de su aprobación en 2018, se han producido avances significativos en el marco regulatorio, incluyendo la "Declaración sobre Metales de Transición" de 2021, el informe HGBV de EFSA sobre el cobre en 2023, y el Reglamento Delegado 2023/707 por el que se modifica el reglamento CLP. Estos desarrollos representan pasos importantes hacia un enfoque regulatorio más adaptado a las características específicas del cobre.
Este artículo examina el complejo panorama regulatorio que afrontan los compuestos de cobre en la UE, analizando los desafíos actuales en la aplicación de las directrices de EFSA, los hitos regulatorios recientes y las dificultades que persisten en los procesos de registro nacional. También explora las perspectivas futuras y las evoluciones necesarias en el marco regulatorio para asegurar una evaluación científicamente sólida de estos compuestos esenciales para la agricultura europea.