El origen de la Ingeniería Técnica Agrícola como profesión se establece a través del Real Decreto de 1 de septiembre de 1855. Desde su creación, nuestra actividad profesional ha estado profundamente vinculada al sector agroalimentario, en sus orígenes como Peritos Agrícolas, posteriormente como Ingenieros Técnicos Agrícolas y, en la actualidad, como Graduados en Ingeniería Agrícola. Nuestros profesionales han contribuido de forma determinante al desarrollo y la modernización del sector agropecuario y agroindustrial de nuestro país a lo largo de estos 168 años de existencia, configurándose una brillante historia profesional.


Los ingenieros agrícolas se han ido adaptando a los momentos históricos que les ha tocado vivir. En sus inicios, se trataba de una profesión exclusivamente dirigida al servicio del Estado. Un país con una extensión y diversidad agraria como España requería profesionales capaces de aplicar con ingenio los conocimientos académicos y las disciplinas que han constituido nuestra actividad laboral.

Nuestros profesionales realizan los proyectos básicos y de ejecución de instalaciones ganaderas, según los procesos productivos y el régimen de explotación. La redacción del proyecto técnico, el estudio de impacto ambiental y la valoración de impacto en la salud. Los proyectos de ejecución y su posterior dirección, coordinación y certificación final de obra.

La gestión de alta en el Registro de Industrias Agroalimentarias (RIA), el Registro de Explotaciones Ganaderas (REGA), la autorización de balsas de purines y estercoleros y el plan de gestión de subproductos ganaderos, para lo cual, además de las solicitudes oficiales, hemos de elaborar las memorias técnicas, proyectos y certificados de impermeabilización.

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