La tarea de asesor nunca ha sido una tarea fácil, pero quizás ahora, más que nunca, estamos en un escenario más complicado para un asesor de la gestión integrada de plagas (GIP) que pretenda transferir recomendaciones para la selección del momento de aplicación de la batería de productos fitosanitarios (ppff) comercializados. El asesoramiento conlleva labores de validación de su propuesta y demostración de que la opción elegida sea eficaz, eficiente y adaptable a distintos agricultores y a distintos manejos agrícolas. Por esta razón, parte de sus tareas habituales implican la implantación de ensayos de campo, con todo lo que esto conlleva: selección de la estrategia a validar, localización y diseño del ensayo, datos a recoger y análisis de los resultados. Estas labores tienen dos claves fundamentales, la formación y el trabajo en equipo. Los autores de este artículo pretenden presentar de forma resumida los puntos críticos para tener en cuenta y transmitir su experiencia de más de veinte años en esta tarea.


Tal y como Phytoma justifica el I Encuentro Nacional de Asesores, la agricultura europea se enfrenta a un cambio de paradigma, plasmada en la inminente entrada en vigor del cuaderno digital, las obligaciones de la nueva PAC y las directrices que emanan del Pacto Verde y las estrategias ‘De la granja a la mesa’ y Biodiversidad 2030. Y en medio de esta revolución, un asesor para la GIP debe llevar a una explotación agrícola a su máxima rentabilidad teniendo en cuenta todos sus condicionantes particulares y que no siempre coinciden otras de la misma zona agroclimática.

A la hora de determinar el uso y el momento de aplicación de un fitosanitario, debemos tener en cuenta factores de la historia de la parcela (labores agrícolas del suelo, histórico de plagas, histórico de rotación…) y otros factores a tiempo real como son la sensibilidad varietal a la plaga, la maquinaria de aplicación… Además, el asesoramiento en GIP conlleva la prescripción de una estrategia que incluya no sólo la aplicación puntual o reiterada de ppff, sino que esté acompañada de otras labores para reducir, en la medida de lo posible, su uso. Por lo tanto, los ensayos en campo, a priori, se presentan para estudiar una combinación de factores y por lo tanto no se limitan sólo a describir la eficacia de una formulación determinada. Con esta coyuntura, los ensayos de campo se presentan como ejercicios de difícil diseño y de difícil interpretación si no son bien planificados.

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