El asesoramiento para el manejo de plagas y enfermedades de los cultivos es imprescindible hoy en una agricultura profesional. Quedan atrás los tiempos en que esta disciplina se limitaba a elegir el producto y dosis más adecuado para combatir la patología, y el contexto ahora obliga al profesional a conocer y aplicar las relaciones entre los componentes del agrosistema, dando importancia a aspectos antes simbólicos como la biodiversidad funcional (espontánea o dirigida) o la gestión integral de factores como el riego, la fertilización, el marco de plantación, las podas o las condiciones meteorológicas. Este requiere una formación y un intercambio de conocimientos que es deseable asuman como responsabilidad los centros de investigación, universidades y Administración en general.

En los años 60, era posible ver un Renault 4 (el famoso y entoces flamante “cuatro latas”) cinculando por los polvorientos o embarrados caminos hasta detenerse junto a una pequeña construcción de piedra, con una puerta de madera gruesa y varios aperos apoyados en la pared. El conductor toca la bocina y se baja, es un señor de mediana edad, con un gastado portafolios de cuero. Del cuarto de aperos sale otro señor, quizá de la misma edad pero que aparenta bastantes más años, se saludan, comentan algo que no oimos desde aquí, y se adentran en un viñedo que presenta algunas plantas con menos vigor y cierta deformidad en las hojas. El caballero del Renault las observa con atención, hasta que saca una libreta espiral de su cartera y escribe algo en ella, entregándole el papel a su interlocutor.

Obviamente, hemos inferido que se trata de un agente de Extensión Agraria y que está asesorando al viticultor sobre cuál es el producto fitosanitario que debe aplicar para combatir el problema. En ese contexto, el Servicio de Extensión Agraria llevó a cabo las primeras actividades de asesoramiento agrario, pero no sólo en cuanto al manejo de plagas o enfermedades de las plantas, tema que nos ocupa ahora, sino también en muchos otros aspectos que trascendían incluso a la actividad agraria, siendo a veces docentes, educadores, consejeros, autoridad… Los trabajos de Sánchez de Puerta (1996) a nivel estatal o Rodríguez y col. (2015) centrado en Galicia, nos muestran esta visión del amplio abanico de enfoques que se acometían desde ese Servicio, así como su historia y evolucion entre  1955 y 1978, aunque hay territorios como Canarias donde permanece activo y a pleno funcionamiento.

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