Las cubiertas vegetales son infraestructuras ecológicas clave para incrementar servicios ecosistémicos tales como el control biológico, la polinización o la protección del suelo contra la erosión. En este artículo se describe con detalle los criterios de selección de las plantas más adecuadas para mejorar dichos servicios ecosistémicos, así como las técnicas específicas de implementación y manejo de las cubiertas vegetales en frutales.

Las cubiertas vegetales presentes en las calles de los cultivos frutales son básicas para la promoción de los servicios ecosistémicos de la explotación agrícola. De hecho, son un elemento clave de la agricultura regenerativa puesto que favorecen la infiltración del agua, reducen la erosión del suelo y su grado de compactación, son fuente de biodiversidad (microbiana, floral y animal), embellecen el paisaje y permiten el desarrollo tanto de las actividades agrarias como de los procesos ecológicos.

No obstante, no todas las cubiertas vegetales son capaces de proporcionar estos recursos y en estos casos se tendrán que realizar acciones para regenerar la cubierta.

La implementación de una cubierta vegetal es un proceso que puede dividirse en las siguientes fases: caracterización edafoclimática de la finca, evaluación de la composición floral de la cubierta espontánea, selección de las especies a sembrar, siembra e integración de la cubierta con las operaciones culturales del cultivo.

Conocer bien el tipo de suelo (textura, pH, salinidad, contenido de materia orgánica, fertilidad mineral y grado de compactación, principalmente), así como el clima (especialmente temperatura y régimen de precipitaciones), es el primer paso para entender qué tipo de cubierta vegetal puede desarrollarse satisfactoriamente en nuestra finca y para identificar cuáles son los condicionantes y los eventuales problemas a nivel edáfico que deben tenerse en cuenta.

Por otra parte, la evaluación de la composición floral de la cubierta espontanea nos va a permitir decidir sobre la necesidad o no de realizar una siembra. Las cubiertas espontaneas bien establecidas, con un grado de recubrimiento elevado y con abundancia de plantas atrayentes para la fauna auxiliar no precisan de más actuación que la del mantenimiento. En cambio, en los casos que se necesite mejorar la cubierta, se deberá realizar una adecuada selección de las especies a sembrar.

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