La malherbología es uno de los tres pilares sobre los que se sustenta la protección de cultivos. Su importancia radica en el protagonismo de las malas hierbas como principal causa de pérdidas de rendimiento de los cultivos, pero a su vez también por ser los agentes donde la aplicación de métodos de control tiene mayor eficacia en la reducción de esas pérdidas. Llevar a cabo una correcta identificación del problema y saber establecer un programa de manejo específico para su control constituye aún un reto para una gran mayoría de técnicos, profesionales y asesores en sanidad vegetal. La razón radica en la escasa oferta académica existente en esta disciplina en los actuales planes de estudio de Ingeniería Agraria y en algunos casos, incluso, en una visión poco rigurosa acerca la importancia de las malas hierbas, su perjuicio y la oportunidad para hacer más eficaces los métodos de control. Sin embargo, cada vez existe mayor motivación por el estudio de las malas hierbas ante la diversidad de problemas que llegan a causar y los costes asociados a su control.
Las malas hierbas son coetáneas al advenimiento de la agricultura, y desde hace ya miles de años, causan pérdidas de rendimiento, dificultan las tareas agrícolas o disminuyen la calidad del producto. El nivel de interferencia de las malas hierbas con los sistemas agrícolas depende del tipo de cultivo y de la especie de mala hierba, su densidad y distribución espacial, así como de la duración de esa interferencia (Sanyal y col., 2008). Las malas hierbas constituyen la principal causa de pérdidas de cosecha a nivel mundial (Oerke, 2006) pero a pesar de su importancia y protagonismo no han sido objeto de igual interés y estudio que las plagas y los patógenos de los cultivos (Recasens, 2012). La sintomatología mostrada por un cultivo por el ataque de plagas o microorganismos suele ser mucho más alarmante que la convivencia de ese mismo cultivo con las malas hierbas. No obstante, las pérdidas de rendimiento por competencia por agua y nutrientes son un claro síntoma del daño causado por las malas hierbas.