En los últimos años, el control biológico de plagas ha experimentado un crecimiento exponencial en los cultivos hortícolas de invernadero. En la actualidad, prácticamente todas las plagas tienen a su disposición un enemigo natural para su control. Sin embargo, surgen preguntas sobre la conveniencia de mantener el enfoque reduccionista que utiliza enemigos naturales específicos para cada plaga o de explorar enfoques holísticos y sostenibles que simplifiquen las complejas redes tróficas. Esta cuestión adquiere una relevancia particular debido a los desafíos actuales, como el cambio climático y la aparición de plagas exóticas. En el presente estudio, se investiga un enfoque holístico para fortalecer el cultivo del tomate frente a estas amenazas. El foco principal del trabajo se centra en la inducción de defensas y el control biológico, dos pilares fundamentales de esta estrategia.
En el contexto del cambio climático global, la preocupación apremiante del calentamiento global se alza como una amenaza significativa para los sistemas agrícolas. Esta problemática trasciende las fronteras geográficas y conlleva profundas implicaciones para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los sistemas de cultivo en todo el mundo. Su influencia se extiende a través de diversos ámbitos agrícolas, incluyendo los cultivos protegidos de invernadero. A medida que las temperaturas continúan aumentando, los requerimientos de agua para los cultivos de tomate aumentan debido al incremento de la evapotranspiración, exacerbando la escasez de agua. En este escenario, los cultivos se ven inesperadamente afectados por una creciente diversidad de plagas y enfermedades. El camino a seguir implica, entre otras estrategias, la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, la implementación de una gestión innovadora de los cultivos y la selección de variedades resistentes al clima, con el fin de proteger los sistemas de cultivo de los impactos de un mundo en constante calentamiento (Altieri y Nichols, 2017).
