La incertidumbre y preocupación ante la reducción del uso de productos fitosanitarios capitalizó el debate en AgroMurcia, que el 21 y 22 de marzo reunió a medio millar de profesionales en el Auditorio El Batel de Cartagena para analizar los retos sin precedentes a los que se enfrenta el sector ante los objetivos propuestos por la estrategia europea De la granja a la mesa.
Durante dos días, más de cuarenta expertos participaron en la primera edición de AgroMurcia, organizada por la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca y Phytoma, para analizar las herramientas disponibles en la protección de cultivos, desde los fitosanitarios químicos autorizados hasta los métodos alternativos o complementarios, como el control biológico, los bioplaguicidas, los semioquímicos, la inducción de defensas en las plantas o la biodiversidad. Además, se abordaron las mejores estrategias de control de los principales problemas fitosanitarios de los cultivos mediterráneos, como los pseudocóccidos y el HLB en cítricos, las nuevas moscas invasoras en frutales de hueso, las enfermedades fúngicas de la madera de la vid, las plagas y virosis en cultivos hortícolas o las enfermedades del suelo.
Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y José María Pozancos, director de FEPEX, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas, sentaron las bases del programa científico-técnico con sus ponencias inaugurales. El primero desgranó cómo se puede reducir el impacto de los fitosanitarios sin necesariamente reducir la cantidad primando el uso de las sustancias de bajo riesgo y las autorizadas, frente a las candidatas a su sustitución y las prohibidas, que solamente se pueden emplear con autorizaciones excepcionales que concede el propio ministerio. “España lo está haciendo bien”, aseguró Almansa, que vaticinó que la propuesta de Reglamento sobre Uso Sostenible de Fitosanitarios presentada por la Comisión difícilmente se aprobará en la actual legislatura del Parlamento Europeo, que concluye en mayo de 2024. Una “buena noticia”, según Pozancos, que analizó la repercusión en el sector de frutas y hortalizas de la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’. Para el responsable de FEPEX, esta política tendrá graves consecuencias para los productores, con “mayores costes y pérdida de cuota de mercado frente a una competencia global”; los consumidores, con “precios más elevados y aslimentos frescos menos asequibles”; y los proveedores de insumos y servicios digitales, que tendrán nuevas oportunidades de negocio “condicionadas a que el sector genere el resultado económico necesario para pagarlos”.