Se reporta a continuación el ensayo ejecutado por IRTA para evaluar la eficacia contra la mosca del olivo, tratando con el insecticida SPINTOR-CEBO, mediante un dron. Los resultados son favorables en el sentido de que el tratamiento con dron se adecua perfectamente a los condicionantes operativos de la aplicación y, a su vez, resulta tanto o más eficaz que el tratamiento realizado con medios terrestres.
El ensayo forma parte de los trabajos del Grupo Operativo PHYTODRON, donde también se han evaluado los riesgos ambientales (deriva sedimentada, pérdidas en el suelo), riesgos personales (exposición del operador, residentes y transeúntes), calidad de la aplicación (deposición en planta) y residuos en cosecha. Los resultados alcanzados, junto a la adecuación de la normativa sobre tratamientos aéreos, prevista en el nuevo Reglamento de Uso Sostenible de los Fitosanitarios (RUS), vislumbran un empleo creciente de los drones en la realización de tratamientos en diferentes escenarios, incluidos los tratamientos de precisión.
La mosca del olivo es una plaga endémica del área mediterránea, próximo oriente y norte de África. En nuestras latitudes, dependiendo de la climatología, desarrolla hasta cuatro generaciones. Las hembras adultas realizan la puesta sobre los frutos y las larvas desarrollaran galerías en su interior, lo que se traduce en importantes pérdidas cualitativas y cuantitativas de cosecha.
En años con elevadas temperaturas estivales, el ataque es inexistente o de muy baja intensidad. Este ha sido el caso de la campaña 2022, en la que se han sucedido períodos de temperaturas muy por encima de lo habitual, haciendo innecesarios los tratamientos. No obstante, en zonas del norte peninsular ha sido necesario tratar para mantener la plaga por debajo del nivel aceptable de daños.
Para el control de B. oleae mediante medios químicos, en la guía para la GIP del olivar se recomienda el empleo preferente de formulados insecticidas cebo frente a otros insecticidas autorizados (MAPA, 2014). El tratamiento debe realizarse con carácter zonal (por ejemplo, filas alternas), pulverizando el estrato superior de las copas.
Los tratamientos se practican habitualmente mediante pulverizadores terrestres accionados por tractor o vehículos tipo quad, dirigiendo la pulverización hacia la cima de los árboles. También, en grandes extensiones de olivar, se efectúan tratamientos con aeronaves pilotadas (avión o helicóptero). No obstante, con la implementación de la técnica de captura masiva con feromonas, de un tiempo a esta parte dichas prácticas se están limitando.