La mancha negra o black spot, causada por Phyllosticta citricarpa, es la principal enfermedad fúngica de los cítricos a nivel mundial. Las regiones citrícolas de la UE están consideradas actualmente como zonas libres de esta enfermedad y la legislación fitosanitaria establece medidas para evitar la introducción de P. citricarpa en el territorio europeo. La entrada de material propagativo de cítricos en la UE está prohibida y la importación de frutos de zonas afectadas debe realizarse cumpliendo con unas medidas fitosanitarias específicas. Los países que exportan frutos cítricos a la UE vienen cuestionando de forma sistemática la necesidad de estas medidas, aludiendo principalmente que el clima de la cuenca del Mediterráneo no es favorable para el desarrollo de la enfermedad. Este aspecto ha sido objeto de un intenso debate durante los últimos años. La reciente detección de la mancha negra en Túnez ha puesto finalmente en evidencia la capacidad de P. citricarpa para desarrollarse bajo condiciones climáticas mediterráneas.
La mancha negra o black spot causada por Phyllosticta citricarpa (McAlpine) Van der Aa (sin. Guignardia citricarpa Kiely) es la principal enfermedad fúngica de los cítricos a nivel mundial. Este patógeno provoca la aparición de lesiones necróticas en la corteza de los frutos, que reducen su calidad comercial para el mercado en fresco (Fig. 1). En determinadas situaciones la enfermedad induce también la caída prematura del fruto, reduciendo notablemente los rendimientos en cosecha. Aunque P. citricarpa infecta las hojas de los cítricos, las lesiones foliares son poco habituales y aparecen únicamente en especies muy sensibles como los limones o en árboles sometidos a factores de estrés. Todas las variedades cultivadas de naranjas, mandarinas, limones y pomelos son sensibles a la enfermedad.
El patógeno se reproduce en las hojas infectadas caídas al suelo, donde forma unos cuerpos fructíferos denominados pseudotecios que contienen en su interior esporas sexuales (ascosporas). La liberación de las ascosporas suele comenzar con las lluvias de primavera, tras un proceso de maduración de los pseudotecios en la hojarasca estimulado por la temperatura y la humedad (Fourie y col., 2013). Las ascosporas se diseminan por el aire infectando a las hojas, brotes y frutos en condiciones adecuadas de temperatura y humedad. En las lesiones de frutos y brotes P. citricarpa se reproduce mediante otro tipo de cuerpos fructíferos denominados picnidios, que contienen esporas asexuales (conidias) diseminadas por salpicaduras de lluvia.