La Sanidad Vegetal en espacios públicos plantea un grave problema por la falta de fitosanitarios para aplicar en este ámbito. En AEPLA se trabaja para desarrollar soluciones y hacer ver a la administración que hay falta productos, insuficientes usos autorizados para dichos productos, autorizaciones de tratamientos en espacios públicos que no se pueden llevar a la práctica y restricciones adicionales de algunas administraciones públicas sin base científica y legal que las avale.
La Sanidad Vegetal en los espacios verdes es igual de importante que en agricultura. Solo hay que retrotraerse unos meses, cuando en plena pandemia y después de levantarse el estado de alarma, pudimos salir a disfrutar de estos espacios. En esos momentos cobró una especial importancia el cuidado y la sanidad en estas zonas.
No sería agradable llegar, por ejemplo, a jugar al golf y encontrarnos con rodales en el green en tonos pajizos, porque no se ha podido tratar contra los hongos que afectan al césped, ni tampoco nos gustaría llegar al parque al que llevamos a nuestros hijos y ver cómo a los árboles que allí hay se les han caído las hojas por alguna plaga que no se ha tratado.
Los problemas de plagas y enfermedades afectan a las áreas verdes de la misma manera que a los cultivos agrícolas, y por esa razón son tratadas con productos fitosanitarios. Sin embargo, al llevarse a cabo en espacios públicos y poder afectar a personas ajenas al tratamiento, estas soluciones tienen un perfil toxicológico diferente. Para salvaguardar este aspecto hay una regulación muy estricta, que restringe de forma muy importante los tratamientos a realizar en zonas públicas y los productos fitosanitarios que son usados en estos tratamientos. Actualmente, no son pocos los que abogan por eliminar el uso de productos fitosanitarios en áreas verdes. En definitiva, apuestan por lo que ellos identifican como ecológico, desconociendo que incluso en el cultivo ecológico se hace uso de fitosanitarios.
El RD de Uso Sostenible establece una Gestión Integrada de Plagas que es obligatoria cumplir, exceptuando los espacios de uso privado, y con la que se establecen criterios a la hora de enfrentarnos a los problemas fitosanitarios que podamos encontrar, priorizando medios no químicos cuando sea posible; puesto que en todos los casos no será posible, los productos fitosanitarios son una herramienta imprescindible dentro de esta estrategia.