La mosca del olivo (Bactrocera oleae) es la principal plaga del cultivo del olivo en el área mediterránea (Imagen 1). El momento en que realiza la picada a la oliva y su severidad dependen de factores climáticos, meteorológicos, agronómicos, de la biología del insecto y de la sensibilidad varietal, entre otros aspectos.

Aunque en las zonas litorales podemos encontrar adultos durante todo el año, mayoritariamente los primeros ejemplares aparecen en primavera. Las primeras puestas en oliva que pueden llegar a ser viables se dan en el estadio H (endurecimiento del hueso). Los adultos realizan la puesta en la oliva mediante una pequeña incisión en la piel, visible a simple vista, que cambia a color ocre a los pocos días y donde queda una marca característica. La larva, al salir del huevo, se alimenta de la pulpa de la oliva, donde excava galerías. La larva, en el último estadio, justo antes de pupar, realiza un orificio de salida en la oliva, de donde emerge como adulto. Así, tal como avanza el otoño, en la última generación, las larvas salen de la oliva para hacer la pupa enterradas en el suelo, donde pasan el invierno.

Los daños directos los provocan las larvas dentro de la oliva, donde son capaces de comer entre un 10-30% del peso de esta. Como consecuencia de este daño, las olivas caen del árbol con más facilidad. En oliva de mesa, la depreciación comercial es evidente. Los daños indirectos son más graves, ya que hongos y bacterias proliferan dentro las galerías provocadas por las larvas y descomponen la pulpa, lo que deteriora las características químicas y organolépticas del aceite que se obtiene.

Habitualmente, para la lucha contra esta plaga en España se ha usado de manera generalizada la sustancia activa dimetoato, que ya no está permitido en la Unión Europea.

 

El dimetoato es un organofosforado inhibidor de la acetilcolinesterasa que desactiva la colinesterasa, una enzima esencial para la función del sistema nervioso central. Actúa tanto por contacto como por ingestión y se absorbe y distribuye fácilmente a través de los tejidos vegetales. Su efecto es tanto adulticida como larvicida y tiene una gran eficacia tanto en condiciones climáticas poco favorables como en altas presiones de plaga, es fácil de aplicar y de bajo coste económico respecto del resto de productos fitosanitarios autorizados para el control de la mosca. Así pues, hasta este año la mayoría de estrategias GIP se basaban en el uso de esta sustancia activa.

En julio de 2020, ha dejado de estar permitido el uso del Dimetoato en la Unión Europea (Reglamento de ejecución (UE) 2019/1090 de la Comisión de 26 de junio de 2019 por el que no se renueva la aprobación de la sustancia activa dimetoato con arreglo a lo dispuesto en el Reglamento (CE) 1107/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativo a la comercialización de productos fitosanitarios, y se modifica el anexo del Reglamento de Ejecución (UE) 540/2011 de la Comisión.

Como consecuencia de la retirada del dimetoato, se han de rediseñar las estrategias GIP para el control de la mosca del olivo teniendo en cuenta la complejidad de esta plaga. Esto conlleva la necesaria suma de esfuerzos entre los diferentes métodos de lucha autorizados para poder mitigar los daños que esta plaga ocasiona. Estos diferentes métodos de lucha los podemos agrupar en tres grupos: medidas preventivas, medios alternativos a la lucha química Y tratamientos con productos fitosanitarios.

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