El 13 y 14 de junio se celebró el Encuentro Internacional Phytoma ‘Desafíos de la Sanidad Vegetal ante el Futuro: Marco Legal Europeo y Cambio Climático’, que congregó en Valencia a una treintena de expertos nacionales e internacionales para abordar dos de los aspectos que marcarán el futuro de la agricultura y la sanidad de los cultivos: el marco legal que regirá la actividad y las consecuencias del cambio climático en enfermedades, plagas y malas hierbas. Al simposio asistieron más de doscientos profesionales, en su mayoría españoles pero también procedentes de Bélgica, Chile, México y Portugal.
Con este Encuentro, celebrado en el Ateneo de Valencia y que contó con la colaboración de la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana y LINCGlobal, Laboratorio Internacional en Cambio Global, Phytoma-España celebró su treinta aniversario como editorial de referencia en información fitosanitaria.
El Comité de directores científicos lo integraron Juan A. Navas-Cortés, del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC); Alberto Fereres, profesor de investigación del Instituto de Investigación de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC); José Luis González-Andújar, del Laboratorio Internacional en Cambio Global (IAS-CSIC); Alberto Urbaneja, profesor de investigación del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA; y Vicente Dalmau, jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana.
Aunque los científicos convocados al simposio reconocieron que resulta complejo predecir el desarrollo de plagas y enfermedades por las muchas variables que intervienen, las distintas intervenciones evidenciaron que el aumento de la temperatura en aproximadamente 2ºC de media, el rápido aumento en la concentración de CO2, el aumento de la sequía y los episodios de clima extremo ya están influyendo en la incidencia y severidad de las enfermedades de los cultivos, contribuyendo al aumento de la población de insectos vectores y expansión de las plagas agrícolas y provocando un desplazamiento geográfico de las malas hierbas y la invasión de nuevas especies.
Los ponentes coincidieron en que el cambio climático obligará a redefinir las estrategias de control de enfermedades y plagas, ya que las herramientas disponibles ahora no van a servir en un entorno climático cambiante. Una consecuencia importante del cambio climático es el efecto que podría tener sobre la eficacia del control biológico, ya que las condiciones para la colonización, antagonismo y otros fenómenos de competencia del agente de biocontrol sobre el patógeno podrían ser desfavorables. También pronosticaron que los patógenos endófitos, como fitoplasmas, Candidatus Liberibacter o Xylella fastidiosa, para los que los tratamientos convencionales no son efectivos, provocarán las epidemias más graves en el futuro.
Ante este panorama, agravado por la globalización, que ha disparado el comercio de plantas y semillas y con él la expansión de enfermedades vegetales, los expertos plantearon la necesidad de potenciar las medidas preventivas, de controlar los movimientos de material vegetal, implantar medidas de erradicación efectivas y desarrollar programas de investigación.