Fue en el año 2009 cuando la Unión Europea (UE) aprobó la directiva para el uso sostenible de productos fitosanitarios y el reglamento para la comercialización de la mencionada clase de productos. Los fines medioambientales que se perseguían con tales disposiciones son sin duda loables -¿quién en su sano juicio puede oponerse a la preservación del medio ambiente y de la salud humana?-, pero siete años después de su publicación y, sobre todo, de la aplicación de determinados aspectos empiezan a materializarse sus efectos. Es, por tanto, un buen momento para hacer balance y, mucho me temo, que el balance no es nada favorable para los intereses de los agricultores. Y no lo es, hasta el punto de que, visto lo visto, bien podemos afirmar que el futuro de la llamada agricultura sostenible está en riesgo.

2009: el año que cambio la vida de los agricultores europeos

Fue en el año 2009 cuando la Unión Europea (UE) aprobó la directiva para el uso sostenible de productos fitosanitarios y el reglamento para la comercialización de la mencionada clase de productos. Los fines medioambientales que se perseguían con tales disposiciones son sin duda loables -¿quién en su sano juicio puede oponerse a la preservación del medio ambiente y de la salud humana?-, pero siete años después de su publicación y, sobre todo, de la aplicación de determinados aspectos empiezan a materializarse sus efectos. Es, por tanto, un buen momento para hacer balance y, mucho me temo, que el balance no es nada favorable para los intereses de los agricultores. Y no lo es, hasta el punto de que, visto lo visto, bien podemos afirmar que el futuro de la llamada agricultura sostenible está en riesgo.

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