Sección: 16º symposium internacional sobre la problemática actual de las resistencias en cultivos mediterráneos
Abstract: Las malas hierbas del género Conyza constituyen un problema agronómico de creciente interés en la península Ibérica. Su importancia ha estado asociada al establecimiento del no-laboreo en cultivos leñosos, donde el glifosato es ampliamente utilizado. Recientemente se han encontrado en Andalucía biotipos de C. bonariensis que pueden considerarse resistentes al glifosato constituyendo el primer caso de una mala hierba resistente al glifosato en Europa. Para preservar la eficacia de este excelente herbicida se propone utilizar medidas alternativas en el manejo de las infestaciones de conyzas. Entre las medidas no químicas, las que presentan mejores resultados son el laboreo y las cubiertas vegetales con gramíneas. Entre los herbicidas que mostraron buenas eficacias frente a poblaciones resistentes cabe destacar: paracuat + amitrol, glifosato + amitrol, glifosato + fluroxipir, glifosato + MCPA y glufosinato.

Situación actual

Las malas hierbas pertenecientes al género Conyza, conocidas vulgarmente con los nombres de conyzas, pinitos o zamarragas, constituyen un problema agronómico en muchas regiones de la península Ibérica. En la Figura 1 se han coloreado las Comunidades Autónomas en las que se han detectado infestaciones causadas por especies del género Conyza. Las no coloreadas corresponden a regiones sobre las que no se ha publicado la presencia de la mala hierba, lo cual no implica que no tengan también problemas.

Carretero (2004) considera que existen cuatro especies del género Conyza que pueden actuar como mala hierba: C. albida Willd. ex Spreng (sinónimo de C. sumatrensis), C. bonariensis (L.) Cronquist, C. canadensis (L.) Cronquist y C. primulifolia (Lam.) Cuatrec. & Lourteig. Esta última especie es perenne y sólo se tiene constancia de su presencia como mala hierba en alfalfa y frutales de Valencia.

Aunque existen diferencias en morfología, ciclo y altura (C. bonariensis es la más corta de estatura y de ciclo, mientras que C. albida es la más alta y la de ciclo más largo) la identificación a nivel de especie no es siempre fácil en condiciones de campo. Esto puede explicar, al menos en parte, que no se conozca qué especie es predominante en cada zona. En las provincias de Sevilla, Córdoba y Huelva se realizó una prospección durante los meses de noviembre y diciembre de 2003 y concluyó que la especie predominante era C. bonariensis, sin embargo esta conclusión no necesariamente es extrapolable a otras zonas, ni posiblemente a otras fechas. Una prospección posterior, efectuada en plantaciones de cítricos de Huelva concluyó que tanto C. bonariensis como C. albida son muy nocivas para el cultivo.

Todas las malas hierbas del género Conyza son alóctonas, de origen américano o asiático, invasoras de ambientes mediterráneos cuya importancia económica es reciente. Inicialmente empezaron infestando terrenos sin cultivar como vías férreas y cunetas de caminos y carreteras. En el terreno agrícola, la problemática de las infestaciones de conyzas ha estado relacionada con la implantación de técnicas de no-laboreo donde el manejo de las malas hierbas se basa en el control químico, y con demasiada frecuencia en el uso de una sola materia activa.

En la mencionada prospección realizada en 2003, las mayores infestaciones se encontraron en cultivos leñosos en no-laboreo. Apenas se encontraron infestaciones de interés en cultivos herbáceos, en cultivos hortícolas ni en cultivos ecológicos.

Respecto del control químico de esta mala hierba, la mayoría de los trabajos se han desarrollado por Gil-Albarellos en La Rioja y han sido presentados en el grupo de trabajo de Malas Hierbas y Herbicidas de la Sociedad Española de Malherbología, cuyos resúmenes se pueden consultar a través de internet (www.semh.net). En estos trabajos ya se detectan ciertos fallos de control de la conyza con glifosato, siendo más frecuentes en los últimos años.

Puede que por comodidad, puede que por no disponer de suficiente información, la realidad es que el agricultor de cultivos leñosos en no-laboreo suele basar el control de las malas hierbas en una o varias aplicaciones de glifosato.

Sin embargo cada vez son más frecuentes los fallos de control de este herbicida con las infestaciones de conyzas.

Estudios realizados con plantas de C. bonariensis que sobrevivieron a la aplicación herbicida en condiciones de campo indican que no todos los fallos de control son debidos a resistencia y que en muchos casos los fallos son causados por aplicaciones defectuosas y/o demasiado tardías.

Sin embargo se han encontrado ciertos biotipos que presentan una respuesta diferencial a la aplicación con glifosato y que pueden considerarse resistentes.

En aplicaciones efectuadas con las plantas en estado de roseta se necesitó entre 5 y 9 veces más cantidad de glifosato para conseguir el mismo efecto en los biotipos resistentes que en los sensibles.

 

Por qué se ha desarrollado la resistencia

Probablemente la causa de la aparición de esta resistencia no difiera del resto de los casos: el exceso de confianza en un excelente herbicida.

El glifosato es el mejor herbicida que ha salido al mercado hasta el momento y puede justificarse por su eficacia, su bajo impacto ambiental y por su precio. Además, el glifosato es uno de los herbicidas con menor riesgo de desarrollar resistencias.

Sin embargo todo tiene un límite, incluso el glifosato. De modo que cuando se omiten las estrategias de prevención de resistencias y se usa de forma continuada un mismo herbicida (generalmente porque funciona bien) el resultado es la aparición de resistencias.

Las conyzas son particularmente hábiles en desarrollar biotipos resistentes a herbicidas. Ya lo han demostrado a nivel nacional (en 1987 ya se detectaron biotipos resistentes a triazinas en C. bonariensis y C. canadensis, y en el 2002 se detectó un biotipo de C. albida resistente a una imidazolinona) y también a nivel mundial ya que se han encontrado resistencias a 5 modos de acción en C. canadensis, 4 en C. bonariensis y 2 en C. albida.

El primer caso de resistencia al glifosato fue detectado en 1996, 22 años después de la introducción del herbicida, lo cual contrasta con otros herbicidas como los inhibidores de la Aceto lactato sintasa (ALS) o de la Acetil coenzima A carboxilasa (ACCasa) que sólo tardaron 2 y 5 años, respectivamente, en desarrollar malas hierbas resistentes.

Desde 1996 han ido proliferando los casos de resistencia a glifosato y hay ya 7 especies de malas hierbas con biotipos resistentes: Ambrosia artimissifolia, Conyza bonariensis, C. canadensis, Eleusine indica, Lolium multiflorum, L. rigidum y Plantago lanceolata. Hasta el momento, en Europa sólo se ha detectado resistencia a glifosato en C. bonariensis.

Las especies en las que más se ha estudiado la resistencia son Lolium rigidum y Conyza canadensis. En ambas especies los biotipos resistentes surgieron en cultivos resistentes a glifosato. No está claro que se pueda atribuir al uso de cultivos "Roundup Ready" la causa de la aparición de la resistencia. Sin embargo en ambos casos el manejo de las malas hierbas se reducía al control químico y el glifosato era ampliamente utilizado con gran éxito, hasta la aparición de la resistencia.

Llama la atención el caso de C. canadensis cuyo primer biotipo resistente a glifosato fue detectado en EE UU en el año 2000. Sin embargo las conyzas se caracterizan por producir un gran número de semillas, durante un amplio periodo de tiempo, y esas semillas pueden ser transportadas a largas distancias por el viento. Esto ha permitido que en 5 años haya al menos 12 estados del país con problemas de biotipos resistentes a glifosato.

Por lo tanto, en el desarrollo y posterior dispersión de la resistencia al herbicida influye la biología de la mala hierba y determinadas características del herbicida, pero sobre todo existen varias causas que son comunes en todos los casos: el exceso de confianza en un buen herbicida, el abandono de medidas no químicas de control de malas hierbas y la ausencia de medidas prevención de las resistencias.

 

Qué mecanismos están implicados

El mecanismo de resistencia de los biotipos de C. bonariensis resistentes a glifosato está aún en fase de estudio, por lo que no se dispone de conclusiones definitivas.

En C. canadensis las investigaciones están más avanzadas y parece que los mecanismos involucrados en la resistencia son el transporte y la sobreexpresión de la enzima en la que actúa el herbicida, de modo que en las plantas resistentes existe un menor transporte del glifosato hasta el meristemo y una mayor expresión de la enzima EPSP lo que permite que los individuos resistentes sobrevivan a dosis de herbicida que controlan a los sensibles.

El factor de resistencia encontrado en C. bonariensis (7-9) es ligeramente inferior al de las poblaciones americanas de C. canadensis (12) y los resultados disponibles de los ensayos realizados en laboratorio indican que es probable que los mecanismos involucrados en los biotipos resistentes de ambas especies sean similares.

La experiencia con otros casos de resistencia en otras especies de malas hierbas indica que el hecho de que se consiga conocer el mecanismo de resistencia de un biotipo no implica que los demás biotipos resistentes, presentes o futuros, necesariamente utilicen el mismo mecanismo.

 

Estrategias antirresistencia

La mejor estrategia antirresistencia es huir de las recetas simples que se basan en la utilización continuada de la misma solución para resolver un mismo problema de malas hierbas.

Desde el punto de vista de los métodos de control no químicos, el laboreo y las cubiertas vegetales con especies gramíneas son eficaces en el control de las conyzas.

Un laboreo vertical superficial puede ser muy eficaz si se aplica en el momento oportuno, con las plantas en las primeras fases del estado de roseta. Si la infestación está ya entallada es posible que se requiera de operaciones más profundas y con volteo lo que implica un mayor coste económico y medioambiental.

Las cubiertas vegetales con especies monocotiledóneas han sido propuestas también como método de control de las infestaciones de conyzas ya que las gramíneas de invierno, si se siembran pronto, compiten favorablemente con la conyza y además favorecen el desarrollo de artrópodos que se alimentan de la mala hierba.

En ocasiones se ha utilizado la siega mecánica (desbrozado) como método de control contra la conyza, sin embargo la gran capacidad de rebrote de esta mala hierba hace que la eficacia sea reducida, con el inconveniente adicional de que los rebrotes son más difíciles de controlar con otros métodos. No obstante, la siega puede ser la única alternativa posible cuando las plantas están demasiado desarrolladas.

Además de las mencionadas medidas está el control químico, a base de herbicidas.

El registro único europeo y los distintos reglamentos de producción integrada limitan el número de materias activas disponibles para el agricultor. A ello hay que añadir que la mayoría de los herbicidas son ya bastante antiguos y que no se esperan nuevos modos de acción a corto o medio plazo. Por lo tanto es importante utilizar las materias activas disponibles con precaución y de forma racional si se quiere que sigan siendo eficaces durante muchos años. Desde el punto de vista de la resistencia la utilización racional de los herbicidas implica la rotación de materias activas incluso antes de que aparezca el biotipo resistente.

Ensayos realizados con poblaciones resistentes a glifosato y sensibles de C. bonariensis han permitido identificar herbicidas que deberían ser tenidos en cuenta en el manejo de las infestaciones de conyza (resistentes o no). Entre ellos se encuentran la mezcla de paracuat con amitrol, la mezclas de glifosato con amitrol, con fluroxipir o con MCPA, el glufosinato y la clopiralida.

Por último, merece la pena incidir en la importancia de que la aplicación herbicida esté correctamente realizada, tanto en la forma (maquinaria en buen estado) como en el momento de la aplicación. Las tres especies de Conyza tienen amplios periodos de nascencias y con frecuencia el agricultor espera a que nazcan los últimos individuos para realizar el tratamiento herbicida, pero este planteamiento implica que en el momento de la pulverización conviven ya en la infestación plantas recien nacidas junto otras mucho más desarrolladas.

En los tratamientos de postemergencia contra conyza debe tenerse presente que es importante aprovechar el momento más vulnerable de la mala hierba lo que quiere decir que el tratamiento debe realizarse con los individuos en estado de plántula o roseta (aunque ello suponga realizar varias aplicaciones). Si el tratamiento no pudo realizarse en el momento óptimo y hay plantas ya entalladas o incluso en floración debe aumentarse la dosis de herbicida y utilizar exclusivamente herbicidas de traslocación.

 

BIBLIOGRAFÍA

BASES DE DATOS DE LA PÁGINA WEB DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MALHERBOLOGÍA: http://www.xul.es/malherbologia/Buscador.asp

PÁGINA WEB DEL INTERNATIONAL SURVEY OF HERBICIDE RESISTANT WEEDS: http://www.weedscience.org/in.asp

CARRETERO, J.L. 2004. Flora arvense española. Las malas hierbas de los cultivos españoles. PHYTOMA-España Ed. 754 pags.

DILL, G.M. 2005. Glyphosate-resistant crops: history, status and future. Pest Management Science 61: 219-224.

POWLES, S. 2003. My view. Weed Science, 51, 471.

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