Sección: 16º symposium internacional sobre la problemática actual de las resistencias en cultivos mediterráneos
Abstract: Que el uso repetitivo de ciertos acaricidas o de ciertos fungicidas genera resistencias o faltas de eficacia es un hecho bien conocido por los agricultores y, cómo no, por el sector de la Distribución. Que este fenómeno se extiende al uso, o abuso, de algunos insecticidas y herbicidas ya no es tan aceptado por los usuarios aunque hay casos de resistencias tan evidentes como frecuentes. Los que estamos en constante contacto con los agricultores, a menudo escuchamos frases como: "Este herbicida ya no funciona como antes" "A estos herbicidas les han cambiado la formulación" "Cada vez sale más hierba". En muchas ocasiones estas frases son el inicio a la confirmación de que estamos ante una resistencia.
En primer lugar, conviene aclarar el concepto de Distribuidor porque éste puede variar según hablemos de un país a otro. Centrándonos en España, en la cadena con más o menos eslabones que une al fabricante o al importador de un producto fitosanitario con el agricultor que termina destruyéndolo, el Distribuidor es, en la mayoría de los casos, el eslabón que está en contacto con el agricultor, es decir, el Distribuidor sería el nexo de unión entre el mundo de la investigación, fabricación y comercialización de productos fitosanitarios y el agricultor.
En los últimos tiempos ha habido una evolución en los papeles de la Distribución.
El Distribuidor ha ido asumiendo progresivamente el papel técnico que no hace mucho estaba únicamente en manos de las casas fabricantes. La mayoría de los Distribuidores disponen de un cuadro de técnicos o técnicos-vendedores altamente cualificados que incluso llevan a cabo las últimas fases del desarrollo de los nuevos fitosanitarios que sacan al mercado sus representadas. Esto implica, por parte de la Distribución, la necesidad de un mejor conocimiento de los productos, su evolución y toda la problemática que hay en torno a las plagas a combatir, incluidas las resistencias, así como la creciente asunción de responsabilidades y riesgos que conllevan los tratamientos fitosanitarios, en definitiva, lo que vulgarmente se denomina como "profesionalización del sector". Esta profesionalización implica también un aumento de costes para la distribución, aumento que no siempre los clientes están dispuestos a pagar.
La población agrícola está disminuyendo paulatinamente mientras aumenta el tamaño de las explotaciones y su poder de compra. Las características de la distribución no han evolucionado para adaptarse a la nueva situación y se ha creado un aumento significativo de la competencia. Por esto, los clientes cada vez están más capacitados para exigir mejores precios y posiblemente para exigir más responsabilidades, lo que equivale a decir que el distribuidor cada vez asume más riesgos por menos dinero.
La fórmula actual podría plantearse como:
Menos clientes + Menos consumo/cliente + Más competencia = Menos rentabilidad
Todo este panorama va unido a la presión de los fabricantes o importadores para aumentar las ventas en un mercado claramente a la baja y a la presión de las propias distribuidoras para no perder mercado, a una drástica reducción de las materias activas disponibles, a un ambiente de creciente demanda social de respeto al Medio Ambiente, al incremento de Medidas Agroambientales, etc,? y en medio de todo aparecen las Resistencias como un fenómeno, por mucho que se quiera mirar hacia otro lado, real y presente entre nosotros.
Desde un punto de vista técnico, las Resistencias precisan de un conocimiento, una prevención y un seguimiento que la Distribución no pone en duda, realmente tener problemas no le interesan a nadie y la Distribución es la más interesada en que los tratamientos fitosanitarios funcionen lo mejor posible. Pero, incluso los técnicos acaban viviendo de las ventas, la rentabilidad de las empresas es imprescindible para su supervivencia y las Resistencias pasan a ser un problema secundario que, en opinión de muchos distribuidores, "ya se resolverán cuando aparezcan".
Según las recomendaciones de organismos como el CPRH, las Resistencias pueden prevenirse con una alternancia de fitosanitarios atendiendo a sus diferentes sistemas de funcionamiento, con el empleo de éstos a las dosis correctas, con una rotación de cultivos y con métodos de control no químicos, en definitiva con una serie de actuaciones que podrían ser la definición de "agricultura integrada". En la difícil coyuntura en el que se mueve la Distribución, alguna de estas medidas preventivas como la alternancia de fitosanitarios, puede ir en contra de los intereses del distribuidor (y lo que es peor, favorecer los intereses de la competencia) y es muy difícil que sea aplicada por parte de los técnicos de la Distribución.
No siempre la rotación de cultivos y la alternancia de fitosanitarios es posible.
En la mayoría de las decisiones de los agricultores pesan más las razones económicas que las agronómicas y es raro encontrar alguien que acepte tomar medidas para resolver un problema que todavía no tiene. Hay excepciones y son las explotaciones o los cultivos más tecnificados que en su mayoría ya disponen de técnicos cualificados y que no requieren el apoyo técnico de la Distribución, estos son los casos menos frecuentes y su forma de actuar está libre muchas de las presiones comerciales anteriormente descritas.
Como resumen a este breve panorama de las Resistencias visto desde el punto de vista de la Distribución, se puede afirmar que:
- Hay información suficiente respecto a las Resistencias que en general son conocidas por la Distribución.
- Solo en la aplicación de fungicidas antimildiu sistémicos y acaricidas está generalizado y asumido un plan de prevención de resistencias por parte de los agricultores.
- Las Resistencias son un fenómeno (o un problema) que la Distribución considera secundario en relación a otros problemas más acuciantes y más inmediatos.
Sólo la derivación de las Resistencias en reclamaciones (o impagados) preocupa a la mayoría de los distribuidores.
- La Distribución conoce en líneas generales cual ha de ser la actuación para prevenir la aparición de las Resistencias.
- La actitud que puede esperarse de la Distribución (perdón por generalizar) respecto a las Resistencias es la de tomar medidas para resolver el problema una vez que aparezca pero no la de hacerlo preventivamente.
- No se puede confiar en la Distribución para evitar la aparición de las Resistencias con los planes preventivos que propone el CPRH (Comité para la Prevención de Resistencias a Herbicidas). Esta demanda tiene que partir de los agricultores hacia sus proveedores.
- Desde la Distribución se pide a la Administración que vigile y persiga la fabricación y comercialización de productos ilegales que pueden ser uno de los focos de aparición de Resistencias.