El desarrollo de la jornada organizada por la SECH: "La investigación en el sector hortofrutícola: Interés de las empresas y los consumidores" (ETSIA-UPM, Madrid, 06/06/05), representó un rico escenario de exposición y debate sobre la demanda y oferta de investigación en el sector hortofrutícola, que nos permite reflejar las opiniones expresadas en relación con la orientación de la investigación en este sector.
La posición que la producción hortofrutícola española posee en el mercado internacional sólo se podrá mantener si satisface los deseos propios de los consumidores, que en la actualidad se orienta hacia la calidad del producto, destacando los factores de sabor y frescura. Además, deberá adaptarse a la evolución que se produce en la población consumidora: incremento de nivel de vida, edad, turismo, inmigración, horario laboral, etc., por lo que la realización de estudios sociológicos y la aplicación de adecuadas técnicas de comercialización (marketing) son esenciales para corregir la disminución del consumo, en particular entre las nuevas generaciones.
El servicio que la producción y distribución deben ofrecer hacia los consumidores, requiere la oportuna transferencia de resultados de la investigación, que se manifestó en las siguientes cuestiones:
- Es necesario actualizar el equipamiento en los pequeños establecimientos de venta de frutas y hortalizas, así como la formación de los responsables.
- Se requiere una menor variabilidad, mejor calidad y una mejor y más prolongada conservación de los productos hortofrutícolas en el domicilio del consumidor. Se estima que en estos aspectos la selección de nuevo material vegetal constituye un reto constante.
- Desarrollo de nuevos productos (variedades, desarrollos tecnológicos, envases, presentaciones) más adaptados a las necesidades actuales.
- Desarrollo de tecnologías de invernaderos y calidad de productos, eficiencia del cultivo (agua, fertilizantes), mejora de tratamientos, equipos de recolección, trazabilidad, manejo y confección.
Los sistemas de diferenciación generan un importante volumen de producto retirado del canal principal de comercialización al que es necesario asignarle un destino adecuado, sin que afecte negativamente a la economía de la empresa; por otra parte, la diversificación conduce a una importante atomización a la que deben adecuarse los sistemas de producción y comercialización.
En las últimas décadas, las tecnologías avanzadas han inducido importantes mejoras en los procesos, economía y calidad de la producción y distribución; en particular, la introducción de la electrónica y la informática, ha representado un punto de inflexión en el desarrollo de los procedimientos y equipo de este sector.
Los organismos, nacionales y europeos, que gestionan los programas sectoriales correspondientes a agricultura y alimentación asignan una alta prioridad a la investigación hortofrutícola; en este sentido se ha resaltado la conveniencia de establecer amplias plataformas de trabajo, en las que se establezca el encuentro entre demanda y oferta investigadora; actividades que se pueden llevar de forma idónea por las federaciones y confederaciones de cooperativas o empresas, como se ha puesto de manifiesto en el desarrollo que estas instituciones han realizado en los últimos años, a través de la cooperación entre los departamentos de calidad y diferentes grupos de investigación, para el desarrollo de proyectos de investigación orientados hacia objetivos específicos de interés en el sector económico, tanto en producción como en distribución.
Se destacó que es necesario incentivar a los grupos de investigación a realizar proyectos orientados hacia las empresas y con su colaboración; para ello es conveniente plantear a los organismos de evaluación que den un valor adecuado a las publicaciones en revistas españolas (de forma complementaria a las publicaciones internacionales integradas en el SCI), pues a través de ellas se favorece la necesaria sinergia entre los grupos de investigación y el sector económico.
Este interés de empresas y consumidores por la investigación, en nuestro caso en el sector hortofrutícola, tiene su fundamento al considerar que la investigación es un medio, no es un fin.