En términos generales, podemos decir que el año 2004 fue más cálido de lo normal y con unas precipitaciones próximas a sus valores normales.
Siguiendo con la tendencia iniciada al final de la década de los ochenta, la temperatura media anual fue superior a la normal climatológica, si bien mucho más atenuada que el año 2003, con una diferencia promedio de ?1ºC respecto al periodo de referencia 1961-1990.

Características climatológicas

Por meses, junio resultó ser el mes más cálido respecto del promedio climatológico, registrándose en numerosos observatorios en este mes la temperatura más alta del año. No obstante, no fue tan cálido como el año anterior que, recordemos, fue el más cálido al menos desde el comienzo del periodo instrumental. Enero, agosto, septiembre, octubre y diciembre también estuvieron por encima del promedio climatológico, mientras que febrero, marzo y noviembre fueron más fríos de lo normal, dándose la circunstancia de que en bastantes observatorios la mínima anual se dio en el mes de marzo durante los tres primeros días, llegando el termómetro a bajar hasta los -15ºC en algunos puntos de la provincia de Teruel.

Algún observatorio registró la mínima anual en noviembre.

Las precipitaciones totales anuales, en conjunto, fueron bastante parecidas a sus valores normales, si bien hay que tener en cuenta la irregularidad pluviométrica característica de nuestra región. Hay que distinguir una primera mitad del año, en la que las precipitaciones continuaron siendo abundantes al igual que en 2003, particularmente en las provincias de Teruel y Zaragoza. En el observatorio del aeropuerto de Zaragoza se habían recogido 256 l/m2 al finalizar julio, lo que supone un 82% respecto de la precipitación total anual. A partir del mes de agosto tenemos una drástica disminución del régimen de lluvias, lo que prácticamente compensa el exceso hídrico de los primeros meses. En la provincia de Huesca las cosas son algo diferentes, puesto que las lluvias del final del invierno y primavera fueron menores, manteniéndose la sequía de verano y otoño, por lo que el índice pluviométrico quedó claramente por debajo de lo normal.

Por meses, enero fue seco en todas las comarcas para iniciarse un periodo húmedo que terminaría en julio, con la excepción de junio, que fue seco. Posteriormente se invirtió el patrón pluviométrico, iniciándose un tiempo de sequía con tan sólo algunos temporales esporádicos, sequía que continúa durante los primeros días de 2005.

 

Frutales

No ha habido plaga destacable por los daños ya que todas se han controlado bien con los tratamientos habituales. Las que más tratamientos han requerido han sido Mosca de la fruta en melocotonero y Carpocapsa en manzano y peral.

Ésta última ha tenido tres periodos claros de riesgo: primeros de junio, finales de julio y mitad de agosto. Otros lepidópteros como Anarsia, Polilla Oriental, Minadoras de hoja y Orugas de la piel, apenas han tenido incidencia, probablemente por la buena eficacia de los tratamientos de primavera, circunstancia que también ha afectado a las poblaciones de pulgón verde y pulgón ceniciento.

Sila del peral ha sido bien controlada con el tratamiento de invierno y con el de caída de pétalos y apenas ha requerido intervenciones en verano; en cambio se ve un incremento de las poblaciones de Filoxera del peral como en años anteriores. Frankliniella ha tenido poblaciones reducidas y éstas no han tenido repercusion en la comercialización de nectarinas. Por último, destacar que un año más los Tetraníquidos han requerido muy pocos tratamientos.

En el caso de las enfermedades, las que más incidencia han tenido son Mancha ocre en almendro, Monilia en melocotonero y almendro y Moteado en manzano.

Mancha ocre ha provocado defoliaciones medias en Moncayo, Guara, Ferragnes y Ferraduel, probablemente a causa de pocos tratamientos motivados por la poca cosecha. Monilia ha provocado infecciones generalizadas, pero no importantes, en flores de almendro y melocotonero, si bien no se tradujeron en daños en melocotones y nectarinas por escasez de días de lluvia en verano.

En cuanto a Moteado, ha afectado a manzano aunque con menos importancia que en 2003 ya que las lluvias en el periodo de proyección de ascosporas fueron acompañadas de temperaturas anormalmente bajas y el número de tratamientos ha sido mayor después de los daños del año anterior. Respecto a otras enfermedades se puede destacar la escasa incidencia de Oidio en melocotones y nectarinas y el lento avance de Stemphyllium en pera Conferencia y variedades de recolección posterior a ella en algunas comarcas.

 

Vid

El año 2004 ha sido, en general, un año de gran cosecha de uvas, tanto en cantidad como en calidad, lo que indica que las plagas de mayor incidencia en el cultivo, han sido bien controladas con los sistemas de protección vegetal establecidos.

No obstante, cabe destacar la incidencia puntual de alguna de ellas.

En polilla del racimo (Lobesia botrana) se registró un gran aumento de población en la 3ª generación y se produjo el inicio de una 4ª generación, excepcional en nuestra Comunidad. A pesar del considerable aumento poblacional, los daños producidos por polilla no han sido destacables.

Si bien ha descendido la incidencia de araña amarilla común (Tetranychus urticae) ha aumentado el número de parcelas con focos de araña amarilla (Eotetranychus carpini).

En las zonas afectadas por las tormentas de los primeros días de septiembre se produjeron fuertes ataques de mildiu tardío (Plasmopara viticola).

Las intensas defoliaciones producidas y el retraso fenológico arrastrado desde inicio de brotación (15 días) llegaron a impedir la maduración de la uva.

Sigue aumentando el número de parcelas donde se detectan cepas afectadas por fitoplasmas del grupo Stolbur (Madera negra).

 

Olivo

La cosecha, influenciada en gran medida por la vecería, -el año anterior se registró una cosecha histórica- ha sido en general de media-baja a baja.

Las tormentas de granizo causaron daños en algunos cultivares del Bajo Aragón.

La mosca del olivo que el año anterior había tenido una incidencia prácticamente nula, inició la campaña con niveles de capturas muy bajos y así permanecieron durante todo el verano. A principio de septiembre, al bajar las temperaturas, comenzó a recuperarse. En octubre, las temperaturas superiores a un año medio, también favorecieron su desarrollo. La baja cosecha también influyó en los índices de ataque que, finalmente, fueron superiores a un año medio.

Los daños de prays se pueden considerar históricos, con un vuelo cinco veces superior al de un año medio y unos daños muy considerables y generalizados, tanto en flor como en fruto.

Cochinilla, barrenillo, arañuelo y repilo, no han tenido una incidencia significativa.

 

Cereales de invierno

La abundante pluviometría registrada durante el otoño e invierno, junto a las temperaturas suaves y la elevada humedad en primavera, favorecieron el desarrollo de las enfermedades fúngicas, destacando Oídio, Helmintosporiosis y Rincosporiosis.

Principalmente en las zonas donde se realizaron siembras tempranas de cebada de primavera, se detectó presencia de pulgones de otoño, destacando Rhopalosiphum padi y daños ocasionados por el virus BYDV (Barley Yellow Dwarf Virus).

En cuanto a malas hierbas, destacar el aumento de las especies de hoja estrecha Lolium rigidum y Avena sterilis, siendo las más difíciles de erradicar las especies del género Bromus sp. Las especies de hoja ancha que más control requirieron fueron las de distintos géneros de Sinapis sp., Diplotaxis sp., Galium sp. y Papaver sp.

 

Maíz

En general ha sido una campaña con baja incidencia de plagas, destacando daños importantes de Agrotis segetum, y Agriotes spp. en zonas donde se realizaron siembras tardías y un aumento considerable de Heliothis armigera en algunas zonas de la provincia de Zaragoza. El mayor ataque de taladro ha sido el de primera generación, provocado principalmente por Ostrinia nubilalis.

Baja incidencia de daños de Mythimna unipuncta, no habiendo correspondencia con el número de capturas en trampas de feromona, que en ocasiones ha sido muy elevada. Se ha detectado la bacteria Erwinia chrysanthemi en zonas de la provincia de Zaragoza con riego por aspersión, aunque no ha ocasionado daños importantes.

En lo referente a malas hierbas, sigue siendo problemático el control de Abutilon sp., registrándose un aumento considerable de la superficie infestada. Se hanencontrado resistencias a la atrazina en el control de Chenopodium sp.

 

Arroz

En general ha habido poca incidencia de plagas. Esta campaña, debido a la baja incidencia de Chilo supressalis, se ha reducido el número de aplicaciones a un tratamiento en 1ª generación, dato a destacar, ya que no sucedía desde hace muchos años.

Puntualmente se han observado ataques de Mythimna sp pero sin causar daños en el cultivo que pudieran afectar a la producción, no requiriendo ningún tratamiento fitosanitario específico.

La especie principal en cuanto a presencia y daños es Mythimna unipuncta, detectándose ocasionalmente Mythimna vitellina.

Los primeros daños de Pyricularia, se detectaron a mediados de agosto en campos donde se habían realizado siembras tardías, y con exceso de abonado, y en parcelas donde el año anterior tuvieron presencia de esta enfermedad.

En la zona de Huesca, las lluvias de finales de agosto y mediados de septiembre, provocaron la aparición de ataques de Pyricularia en cuello y raquis, afectando por lo tanto al llenado del grano.

Las lluvias de comienzos de campaña provocaron la nascencia de muchas malas hierbas, principalmente Echinochloa y arroz rojo, lo que hizo permitió, realizar labores antes de la siembra para reducir la infestación.

Resulta problemático el control de Cyperus difformis y Echinochloa hispidula,.

La presencia de Hetheranthera reniformis y Hetheranthera limosa sigue estable, pero el principal problema continúa siendo el arroz salvaje, por la imposibilidad de hacer tratamientos de postemergencia.

 

Leguminosas

Campaña con poca incidencia de plagas en alfalfa, tan solo ataques puntuales de pulgón negro (Aphis craccivora) y cuca (Colaspiderma atrum). Destacar también los daños generados por Microtus sp. en parcelas de alfalfa con riego por aspersión.

Puntualmente se han producido daños en veza, por mildiu (Peronospora sp.) y Botrytis cinera.

En habas son de destacar los daños producidos por Ascochyta fabae en la provincia de Zaragoza.

 

Hortícolas

Las lluvias y el frío de los meses de abril y mayo produjeron un retraso en las plantaciones de tomate y pimiento que afectaron su desarrollo a lo largo de la campaña, obteniendo producciones menores de las normales. Se observó asimismo una incidencia mayor de gusanos grises y taladro, y con los calores de julio, de eriófidos.

En cebolla se presentaron problemas poco habituales de raíces rosas y fusarium, debido a las condiciones climatológicas con una repercusión muy variable según parcelas. Las lluvias de julio provocaron daños de mildiu en las zonas afectadas.

En coliflor cabe destacar la elevada presencia de Pieris en algunas zonas y los daños de Xanthomonas campestris que se produjeron después de las tormentas de septiembre.

La presencia de oidio fue muy generalizada en el cultivo de otoño de acelga.

En borraja de invernadero siguen apareciendo daños producidos por Pseudomonas cichorii.

 

Patata

En la patata de siembra empleada de la variedad Agria (semilla certificada) se han detectado sarnas abundantes (más de un 50% de los tubérculos analizados) además de otros hongos como Rizoctonia y bacterias que afectan negativamente a la nascencia. Aun así la cosecha ha sido normal. Excepcionalmente se ha producido algún ataque, ciertamente importante de Alternaria solani en la comarca del Jiloca.

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