La psila (Cacopsylla pyri L.) es una de las plagas más importantes en las plantaciones comerciales de peral. En las actuales empresas de producción su defensa se basa principalmente en el uso de productos fitosanitarios en el contexto del control integrado de plagas. La estrategia de control se fundamenta en la aplicación de insecticidas cuando se sobrepasa el umbral de tolerancia de la plaga y existe insuficiente población de auxiliares. En este artículo se relacionan los métodos de muestreo de poblaciones para distintas formas biológicas del insecto-plaga y auxiliares clave y se indican los umbrales de tratamiento que se utilizan en diferentes momentos de desarrollo de la plaga.
ANTECEDENTES
La aplicación programas de Control Integrado de Plagas (CIP) en las décadas de los años 80 y 90, que conllevó cambios en las estrategias de defensa, no ha supuesto cambios significativos en las poblaciones de artrópodos ni una reducción notable del número de insecticidas aplicados contra la psila del peral (Cacopsylla pyri L.) en plantaciones comerciales (TORÀ et al. 1995, VILAJELIU et al. 1998). Esta plaga continúa siendo una de las más importantes en esta especie frutal y su control, basado principalmente en el uso de productos químicos, no siempre ofrece buenos resultados puesto que en las condiciones de cultivo actuales, la capacidad de supervivencia de la plaga es frecuentemente superior al control que los productos fitosanitarios y los auxiliares ejercen sobre ésta (AVILLA et al. 1996, VILAJELIU et al. 1998). Las variedades de peral vigorosas, como la ?Conferencia?, son más susceptibles a esta plaga y, paradójicamente, son las más comúnmente utilizadas en las nuevas plantaciones debido a su alto interés comercial. Además, el proceso productivo de las actuales empresas frutícolas está enfocado a la obtención de altas producciones, lo cual favorece el desarrollo de la plaga e incrementa la dependencia de los insecticidas y, por otra parte, los propios tratamientos fitosanitarios que se realizan en las plantaciones, constituyen uno de los principales obstáculos para la colonización natural de las plantaciones por los depredadores y parasitoides de psila, lo cual, limita las posibilidades de conseguir el control biológico de las poblaciones de este parásito (AVILLA et al. 1996, SARASÚA et al. 2000).
Introducción
Muchas de las cooperativas y empresas frutícolas orientan la producción a la demanda de los consumidores, razón por la cual siguen programas de Producción Integrada de Fruta (PI) que constituyen la base de requerimientos más específicos de grandes cadenas de distribución de productos agrícolas (EUREP GAP, Natur-Choice, etc.). En este ámbito, el Control Integrado de Plagas (CIP) en defensa sanitaria, es de obligado cumplimiento por parte de los productores fruticultores. La aplicación de los programas de CIP se basan en priorizar técnicas alternativas a las químicas y en adoptar las medidas de control adecuadas en función de los niveles de plagas y de auxiliares para lo cual los métodos de muestreo de las poblaciones plaga y de los auxiliares clave, para determinar su nivel de presencia o actividad, resultan imprescindibles.
Se precisa conocer además, la biología del insecto plaga para determinar los estadios más sensibles y los momentos de intervención más adecuados, para poder definir, globalmente, la estrategia de defensa y poder valorar la necesidad de intervención, en función de los valores de los umbrales de tolerancia establecidos (UT). La estimación del nivel de la plaga de la psila del peral (Cacopsylla pyri L.) en campo es especialmente dificultosa puesto que a su rápido desarrollo generacional se une el solapamiento de sus formas biológicas en los períodos de mayor actividad. Al no existir un atrayente comercial a base de feromona que sirva para el monitoreo de las poblaciones de adultos, se utilizan otros métodos para la evaluación de poblaciones.
En invierno la fase biológica del insecto está constituida de forma prácticamente exclusiva por adultos. En la fase vegetativa de la planta, existen simultáneamente puestas, ninfas de varios estadios y adultos aunque sólo las formas larvarias afectan directamente a la producción del peral por segregar melaza, sobre la cual se fija la negrilla o fumagina (hongos capnodiáceos de los géneros Fumago y Limacina).
La evaluación de presión de plaga a partir de poblaciones de adultos invernantes se suele realizar con el método de golpeo de ramas y recolección en un embudo entomológico, mientras que para la estimación de las poblaciones durante la fase activa del cultivo, es común el uso del método de observación visual de órganos vegetativos ocupados. Para la estimación de los principales depredadores, los heterópteros antocóridos, ambos métodos son utilizables y se complementan.
La estrategia de defensa de la psila se basa principalmente en aplicaciones insecticidas en invierno e inicios de primavera para anticiparse a la realización de las puestas y a fuertes incrementos poblacionales de las primeras generaciones. Estas acciones se optimizan teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, puesto que éstas influyen directamente en su desarrollo, y la actividad de los auxiliares clave que pueden ayudar en el control de la plaga. Para facilitar la actividad de los auxiliares, los tratamientos insecticidas estivales se limitan a las plantaciones en que el nivel de presión de plaga puede ocasionar daños irreparables al cultivo, aunque en plantaciones comerciales, debido al bajo nivel de plaga que puede perjudicar al cultivo, difícilmente se consigue el nivel suficiente de control biológico.
Procedimientos de muestreo de psila en plantaciones comerciales
Estimaciones de poblaciones invernantes de adultos mediante golpeo de ramas y embudo entomológico
El conocimiento de las poblaciones otoñales y las invernantes de adultos de psila constituyen la información básica para estimar los potenciales daños que se pueden producir en el cultivo en el siguiente año vegetativo. La presencia de adultos del insecto no perjudica directamente al cultivo del peral, pero el potencial de puesta sobre órganos vegetativos está relacionado, lógicamente, con el número de hembras invernantes. En CIP, la estimación de la población invernante suele ser preceptivo para justificar los tratamientos invernales contra esta plaga. El método de evaluación de golpeo, consiste en golpear las ramas de los árboles y recoger en una bandeja o embudo los individuos desprendidos. Para su aplicación se necesita una vara rígida, recubierta en sus 30 cm finales de un material blando con el fin de no provocar lesiones en la planta, y un receptáculo que suele tener forma de embudo de superficie de recepción rectangular o circular de 0,3 m2. En su parte inferior, se coloca una bolsa de plástico o un frasco. Se efectúan de 40 a 50 golpes distribuidos uniformemente por toda la parcela, a razón de uno por rama (o dos seguidos) y árbol seleccionado.
Estimaciones de poblaciones primaverales y estivales de psila mediante controles visuales de formas ninfales en brotes
Durante el período vegetativo las formas biológicas del insecto se solapan y se observan siempre, en mayor o menor grado y proporción, puestas, ninfas y adultos. Sin embargo, debido a que el potencial daño a la producción lo causan exclusivamente las formas ninfales del insecto, la estimación de la presión de la plaga se orienta principalmente a las poblaciones de este estadio de plaga. El método visual de muestreo, consistente en la observación directa de un número de órganos vegetativos, es el más utilizado para esta forma biológica del insecto. En el período de 1999-2000 se realizó un proyecto en el área frutícola de Girona consistente en efectuar varios tipos de muestreo con la finalidad de desarrollar un método robusto, sencillo y rápido que permitiese estimar con precisión la densidad media de ninfas de psila por brote.
El estudio se realizó durante los años 1999 y 2000 en cuatro parcelas comerciales adultas de peral de la variedad ?Conferencia? formadas en eje central. Cada una de estas plantaciones estaba dividida, a efectos de defensa sanitaria, en una parte de estrategia de control estándar de plagas mientras que en la otra, se aplicó un programa de control integrado basado en la aplicación de insecticidas selectivos no organosfosforados. La periodicidad del muestreo fue aproximadamente semanal desde abril a septiembre y las muestras estaban compuestas por 30 brotes en el año 1999 y por 50 en el año 2000. El número total de muestras fue de 344. De cada uno de los brotes de las muestras se contabilizó el número de ninfas presentes. A partir de los valores obtenidos en estas evaluaciones, se calcularon los tamaños de las muestras según los métodos enumerativos, binomial y binomialsecuencial de muestreo. El método enumerativo se basa en el conteo del número total de ninfas por brote, tiene como objetivo estimar la densidad poblacional mediante la contabilización directa del número de formas ninfales por brote.
El tamaño de muestra necesario se calculó mediante la ecuación propuesta por Karandinos (1976). Para un nivel de precisión ?d? de 0,5 (error experimental ± 25%) se requiere tomar muestras de 90 brotes para niveles medios de 1 ninfa/brote, y 50 brotes para niveles medios de 3 ninfas/brote. Aumentando considerablemente el tamaño de la muestra, es posible estimar la densidad media de población con niveles de precisión superiores. Para estimar poblaciones medias de 1 ninfa/brote con un error experimental de ± 15% es necesario tomar 300 brotes por muestra. El método binomial se basa en el recuento de brotes ocupados (según el modelo empírico de Gerrard & Chiang y utilizando varios valores de corte para considerar un brote ocupado).
Tiene como objetivo estimar la densidad poblacional mediante la contabilización del número de brotes ocupados. La variación utilizada de este método ha consistido en considerar un brote infestado cuando tenía más de un valor determinado de ninfas ?T? . Para cada uno de los siguientes valores de corte ?T? (1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7) se calculó: la relación entre la densidad media de ninfas por brote ?m? y el porcentaje de brotes no infestados (de acuerdo con el modelo empírico de Gerrard y Chiang (1970)), la varianza asociada a la estimación de ?m?, (de acuerdo con el modelo propuesto por Binns y Bostanian (1990) y, el tamaño de muestra necesaria y el nivel de precisión del método (Tabla 1). El modelo binomial óptimo es el que considera un brote ocupado cuando contiene más de 3 ninfas (T=3), puesto que, entre los modelos más robustos (T=3, T=4, T=5 y T=6) es el más operativo por mayor precisión y necesidad de tamaño más reducido de la muestra (Tabla 1).
Para un nivel de corte T=3, son necesarias muestras de 300 brotes para estimar densidades poblacionales medias de 1 ninfa/brote asumiendo un error experimental de ± 0,55 (d=1,1). Niveles de precisión superiores sólo son posibles si el nivel de infestación es superior (Figura 2). El método binomial-secuencial de toma de decisiones es un sistema de clasificación que se basa en un umbral de tolerancia establecido y no requiere conocer la densidad exacta de la plaga. Tiene como objetivo determinar la necesidad de intervención a partir de la estimación de la densidad poblacional de una muestra mediante el método binomial considerado óptimo (valor de corte T=3). Combina el procedimiento binomial de muestreo con la toma de decisiones (necesidad de tratar o no) en función de si la población supera un umbral de tratamiento predefinido. Se requiere un número medio de 240 brotes por muestra para tomar una decisión cuando el umbral de tolerancia es de 1 ninfa/brote. Existirá probabilidad de error cuando el porcentaje de brotes ocupados está comprendido entre el 5 y el 10%. Si el umbral de tolerancia es de 4 ninfas/brote, será necesaria una media de 60 brotes por muestra. Existirá probabilidad de error, cuando el porcentaje de brotes ocupados esté comprendido entre el 20 y el 40% (Figuras 3 y 4). Cuanto más elevado sea el umbral de tolerancia, menor es el tamaño medio de la muestra que se requiere, pero más amplio es el rango de brotes ocupados en el que existe la posibilidad de cometer error en la decisión de intervenir sobre la plantación.
Con el método binomial-secuencial el tamaño de la muestra necesaria y la probabilidad de error en la toma de decisiones dependen del umbral de tolerancia establecido (Figura 5). Conocido éste, el procedimiento binomial-secuencial puede ser una alternativa al método enumerativo de muestreo para estimar la presión de plaga y para la toma de decisiones. La combinación del procedimiento binomial con el muestreo secuencial requiere un número muy elevado de brotes por muestra para umbrales de intervención próximos a 1 ninfa por brote, mientras que puede resultar un método alternativo para superiores umbrales de intervención. Los resultados obtenidos indican, en resumen, que para niveles de infestación bajos, niveles en los que está situado el umbral de tolerancia, el procedimiento enumerativo es el método más adecuado por ofrecer una precisión adecuada y requerir muestras más pequeñas.
Estrategia general de control y umbrales de intervención
La estrategia general de control debe contemplar todos los ámbitos del proceso productivo que inciden de alguna forma en el desarrollo de la plaga y los tipos de intervención más adecuados cuando el nivel de plaga supere los valores de los umbrales de tratamiento. Así pues, el control del vigor de los árboles (mediante poda de invierno o de verano, fertilización, riego, y si es necesario reguladores de crecimiento) se considera el primer aspecto de esencial interés. Los UT, a su vez, varían en función de la época y de la sensibilidad varietal, y deben estar relacionados con el nivel de plaga que puede causar daños irreversibles al cultivo y con la capacidad de control de la plaga con los medios disponibles. Rieux et al. calcularon para la especie C. pyri una tasa de multiplicación elevada (entre 9 y 15) entre los adultos invernantes y sus descendientes primaverales, lo cual justificaría actuaciones en las fases iniciales de su desarrollo. Vilajeliu et al. (1992) obtuvieron el 80 % de reducción poblacional de adultos con un tratamiento insecticida en parada vegetativa y retraso en el incremento poblacional de la plaga en primavera.
Aunque algunas de las primeras informaciones técnicas de CIP recomendaban el tratamiento de invierno en base al nivel de infestación del año precedente (ACTA- Lutte Integrée (1982)), la actual estrategia utilizada en los programas de Producción Integrada de Cataluña (DARP, 2001), únicamente contempla la utilización de insecticidas contra adultos invernantes cuando se capturan más de 10 adultos en 50 ramas (0,2 individuos/ rama) mediante un muestreo de golpeo y recogida en embudo entomológico. En CIP, otros autores como Garcia Otazo et al. (1992) proponen el UT de 5 adultos en 40 golpes (0,13 individuos/rama) y distinguen además, considerando el mismo número de golpes por muestreo, el nivel de densidad de plaga en función del número de capturas: 1-4 capturas: baja, 5-10 capturas: moderada y más de 10 capturas: alta. Los umbrales de intervención en vegetación, desde mitad de mayo hasta mitad de junio, están situados al 10% de brotes ocupados por ninfas de una muestra de 50 brotes en crecimiento, descontando los brotes ocupados por antocóridos y, desde mediados de junio hasta cosecha, cuando el porcentaje de brotes ocupados supere el 15 % (TORÀ et al., 1995 ; AVILLA et al., 1996). Estos porcentajes de brotes ocupados, para un nivel de corte de T=0, que es el que actualmente se utiliza (se considera un brote ocupado cuando tiene una o más ninfas), corresponde, según el trabajo realizado, a una densidad media inferior a 1 ninfa por brote, tanto para el 10% como para el 15% de brotes ocupados (Figura 6). Garcia Otazo et al. (1992) señalan que existe densidad fuerte de plaga cuando se superan los valores de ocupación de brotes del 15% hasta abril y del 20% en el período mayo ? octubre.
Para el método binomial, Dessimov (1987) indica un umbral de intervención del 75-80% de brotes ocupados, que en la región de Emilia-Romagna (Italia) corresponde a 4-5 individuos por brote y en la zona de estudio (Girona-Cataluña), entre 6 y 8 individuos por brote (Figura 6). Solomon (1987) en Inglaterra, basándose en el número de ninfas de la especie Cacopsylla pyricola presentes en las hojas, estableció un umbral de tolerancia de 1-2 ninfas por hoja; considerando que un brote de unos 20-30 cm tiene unas 10 hojas, el umbral indicado, según el trabajo realizado, es equivalente a densidades medias de 10-20 ninfas por brote. Estudios realizados por la Universidad de California (1971) igualmente con la especie Cacopsylla pyricola consideran que el control biológico no es eficaz y por tanto es necesaria una intervención química cuando se observan 10 ó más ninfas por brote.
Conclusiones
Aspectos del comportamiento natural de la plaga insuficientemente conocidos (presión variable a lo largo de los años, importancia de las emigraciones e inmigraciones del insecto en las plantaciones, comerciales, etc.) y de la planta huésped, la aparición de la fauna auxiliar tardía en el tiempo e insuficiente para conseguir el control biológico, la dificultad de limpiar los frutos una vez han estado afectados por las poblaciones ninfales de psila y el escaso número de insecticidas que presentan buena eficacia, particularmente en período vegetativo (el Amitraz sólo podrá utilizarse hasta 2005), determina que en situaciones de cultivo semejantes a las de Cataluña, los umbrales de intervención deban ser bajos. La evaluación periódica de las poblaciones de psila es necesaria para racionalizar el uso de los insecticidas. Los métodos de muestreo de golpeo de ramas y embudo entomológico para estimar la población de adultos invernantes y el de observación visual de brotes ocupados por formas larvarias del insecto se consideran los más adecuados. En vegetación y para los usuales umbrales de tratamiento que requieren densidades poblacionales bajas, el método enumerativo se considera el más adecuado.
Agradecimientos: Este trabajo formó parte del Proyecto INIA nº SC99-055 titulado: Bases experimentales para la producción integrada de pera. Ensayos piloto sobre substitución de insecticidas organofosforados y uso racional de fitoreguladores y fungicidas en el cultivo de la variedad Conference. Coordinador del Proyecto: Isidre Llorente Cabratosa.
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