TRIGO

(Los avisos proceden de las distintas Comunidades Autónomas desde las que se emiten, por lo que las fechas de desarrollo de las distintas plagas y enfermedades de las que se informa han de adaptarse a cada realidad autonómica)

 

LIMACOS O BABOSAS (Deroceras reticulatum (O. F. Müller, 1774) y Arion ater (Linnaeus, 1758))

(Copia reducida y adaptada de Telletxea Senosiain, N., Goñi Górriz, C., Biurrun Aramayo, R. & Aldaz Del Burgo, S., 2021. https://www.navarraagraria.com/item/1823)

Los limacos o babosas, Deroceras reticulatum -babosa gris- y Arion ater -babosa negra-son moluscos gasterópodos pulmonados, de hábitos terrestres y sin concha. Cuando se arrastran dejan como huella de su paso una abundante baba, material que delata su presencia tanto en el suelo como sobre las plantas. Su impacto sobre los cultivos extensivos varía, pero si se dan las condiciones adecuadas puede resultar una plaga.

La actividad de los limacos depende en gran medida de las condiciones climáticas como la temperatura, la humedad ambiental y la humedad del suelo. Los daños pueden ser graves en condiciones meteorológicas particularmente suaves y húmedas ya que favorecen la reproducción y la eclosión de los huevos de forma rápida, originando daños muy continuados. El ataque es tanto más severo cuanto más temprano se produce. Se pueden encontrar poblaciones altas en un periodo corto de tiempo.

Las rotaciones basadas en colza, leguminosas (habas, trébol, guisantes, etc.), girasol y cereales son favorables para las babosas. La colza es el precedente con mayor riesgo. Los rebrotes y los cultivos intermedios proporcionan alimento y humedad favorables a su desarrollo. Los restos vegetales de cultivos de tallos gruesos también favorecen en gran medida la supervivencia debido a que pueden ser ingeridos y además mantienen la humedad en su interior.

Los limacos muestran dos picos de desarrollo, uno en primavera y otro en otoño, correspondientes a dos generaciones. En general, el final de la generación se produce con la muerte de los limacos. Pasan por varios estadios desde huevo hasta adulto y en cada fase presentan una resistencia diferente a la temperatura. En general, se puede decir que los huevos y los primeros estadios (juveniles) son los más resistentes a las bajas temperaturas.

Terapéutica:

El control de limacos está basado fundamentalmente en dos métodos: control cultural y control químico, este último ayuda a proteger el cultivo, pero no es una técnica suficiente para reducir las poblaciones, especialmente en años con alta incidencia, donde es necesario combinar los dos tipos de control.

 

Además, es importante evaluar el riesgo antes de sembrar mediante observación o trampeo en períodos húmedos.

El control cultural se estructura en:

• Realizar un laboreo del rastrojo justo después de cosechar para eliminar huevos y limacos jóvenes exponiéndolos a la sequía.
• Ejecutar un segundo (o incluso un tercer) laboreo del rastrojo para destruir el ricio y la aparición de nuevas hierbas, que son fuente de alimento para los limacos. Estas labores contribuyen también a mantener el suelo seco en superficie.
• Labrar para enterrar los limacos más profundamente, lo que los destruye. Ayuda a retrasar el ataque al cultivo sembrado justo después de la labor.
• Hacer una fina preparación del suelo para romper los terrones que son el hábitat de los limacos.
• El establecimiento de un crecimiento vegetal de ricios o malas hierbas entre cultivos proporciona alimento y humedad favorables a los limacos. Si se desea sembrar un cultivo intermedio, hay que dar preferencia a cultivos que no sean muy apetecibles (mostaza, facelia). Por otro lado, la colza y el centeno son muy apetecibles para las especies de limacos de la zona y llegan a favorecer el desarrollo de poblaciones.

 

VALLICO (Lolium rigidum Gaud.)

(Copia reducida y adaptada de Lezáun San Martín, J. A. & Telletxea Senosiain, N., 2017. https://www.navarraagraria.com/categories/item/1283-vallico)

El vallico, lluejo o yerbín, es una gramínea anual de nascencia otoñal, principalmente. Las semillas tienen escasa dormancia por lo que pueden germinar desde el principio del otoño si las condiciones de humedad son suficientes. La profundidad óptima oscila entre 1 y 3 cm, siendo prácticamente nula a partir de 10 cm.

Perfectamente adaptado al clima mediterráneo, soporta bien la sequía moderada e incluso situaciones de encharcamiento temporal, compitiendo con los cultivos anuales de otoño: cereales, colza y leguminosas, pero también se adapta a los cultivos vivaces como viña y olivar manejados con laboreo superficial.

Menos competitivo que la avena loca, se estima que una densidad de 15 plantas/m² provocan un 5% de pérdidas de cosecha.

La planta puede superar un metro de altura. Su tallo es frágil por lo que en la madurez se rompe o acaba encamado. Las hojas son lisas con los nervios bien marcados, sin pelos y de color verde muy brillante, característica típica de la especie. La vaina de la hoja toma coloración rojiza, carácter muy útil para reconocerla en estado de plántula. En algunos individuos esta coloración se mantiene en los nudos de la planta adulta. Limbo muy brillante por el haz y de color más mate por el envés.

Espiga larga y laxa con una única gluma, bastante grande, cubre más de la mitad de la espiguilla. La lema no tiene arista lo que permite diferenciarlo del raygras italiano cultivado como forraje. Es fácil de distinguir de los cereales cultivados y de la ballueca e incluso del bromo porque estos tienen la hoja más ancha.

Puede presentar cierta dificultad diferenciarlo de otras malas hierbas que también tienen hojas de tamaño más estrecho.

La inflorescencia es una espiga de espiguillas en posición dística (un lado de la espiguilla da al raquis o eje de la espiga). La floración ocurre entre abril y julio y madura generalmente antes de la cosecha, dejando caer parte de las semillas sueltas o en trozos de espiga. De este modo, se produce una resiembra importante de forma natural.

Las cosechadoras del cereal separan con relativa facilidad la semilla del vallico que quedan acumuladas en la carrera de la paja y suponen un grave problema para su control en la campaña siguiente.

La viabilidad de las semillas no suele superar los dos años, germinando el 75% aproximadamente en el primer año. Enterradas en profundidad, pierden su viabilidad pasado ese tiempo. Si se producen lluvias tempranas de otoño, se inicia la germinación

de las semillas superficiales momento en que pueden ser eliminadas previamente a la siembra de los cereales. El resto nacerán a la vez que los cultivos con los que compiten.

Terapéutica:

La técnica de barbecho, mediante una labor ligera en verano u otoño facilitará la nascencia con las primeras lluvias de otoño y su arranque posterior. Se aumentará la eficacia en combinación con falsas siembras. Por otra parte, el enterrado profundo de las semillas impide su germinación por lo que pierden su viabilidad. No se debe repetir la labor de volteo hasta pasados al menos dos campañas.

La eficacia de la rotación de cultivos es mayor al aumentar la presencia de cultivos de primavera-verano. La diversificación de cultivos aumenta la posibilidad de utilizar herbicidas muy eficaces de diferentes grupos químicos. Especialmente en el caso de esta especie deberán establecerse todas las medidas disponibles para la prevención de aparición de resistencias. En cualquier caso, se preferirán las aplicaciones precoces.

 

COLA DE ZORRA (Alopecurus myosuroides Hudson.)

(Copia reducida y adaptada de Lezáun San Martín, J. A. & Telletxea Senosiain, N., 2017. https://www.navarraagraria.com/categories/item/1300-cola-zorra)

La cola de zorra (Alopecurus myosuroides Hudson.) es una gramínea anual de nascencia otoñal‐invernal, aunque en zonas lluviosas también se alarga a la primavera. Las semillas son capaces de germinar incluso a más de 5 cm de profundidad, pero la profundidad óptima es de 1 a 2 cm.

Es una mala hierba perjudicial principalmente en los cultivos extensivos de invierno como cereales, colza y leguminosas para grano o forrajeras en zonas frías y húmedas, en parcelas de suelos pesados donde generalmente se producen encharcamientos temporales.

Generalmente no dificulta la recolección porque la mayor parte de sus semillas ya maduras caen al suelo antes de la cosecha. Tan solo en zonas que han estado encharcadas temporalmente y donde el cultivo es poco competitivo, se produce un gran ahijamiento con inflorescencias todavía verdes en el momento de la cosecha que pueden dar humedad al montón de grano. Puede servir de huésped para el hongo Claviceps purpurea (cornezuelo del centeno). Menos competitiva que la avena loca, se estima que una densidad de 15 plantas/m² provocan un 5% de pérdidas de cosecha.

La cola de zorra es una planta poco robusta que puede alcanzar 100 cm de altura y generalmente se encama en la madurez. Tiene las hojas glabras, sin pelos, con el limbo acanalado por la parte superior, liso por el envés y de color verde glauco (sobre todo por el haz) sin brillo, aunque las primeras hojas pueden ser brillantes como el vallico.

La inflorescencia es una panícula de ramas muy cortas, por lo que parece una espiga de espiguillas de forma cilíndrica, estrecha y compacta. De color verde inicialmente, toma coloración rojiza y se oscurece a medida que madura.

La floración ocurre entre abril y julio produciéndose unas 100 semillas por espiga, llegándose a 1.000 semillas por planta.

Las semillas caen al suelo una vez maduras y presentan débil dormancia, por lo que pueden germinar desde el inicio del otoño si se dan condiciones favorables de temperatura y humedad. Las semillas producidas en una campaña germinan en la campaña siguiente, el 80% aproximadamente. El resto de las semillas, enterradas, pierden su viabilidad al cabo de poco más de un año.

En estado de plántula es fácil distinguir la cola de zorra de los cereales cultivados y de la ballueca e incluso de bromo porque estos tienen la hoja más ancha, pero hay cierta dificultad para diferenciarla de otras malas hierbas con hojas de tamaño más estrecho.

Se distingue del bromo (Bromus sp.) porque este presenta vellosidad abundante mientras que la cola de zorra es glabra. En estadios precoces es fácil confundir con vallico (Lolium rigidum) puesto que no presentan aurículas e incluso ambas pueden tener las vainas de las hojas de color rojizo. En este caso debe prestarse atención al color verde intenso y brillo de las hojas del vallico que es más azulado en el caso de cola de zorra y que además tiene la lígula más larga (superior a 1 mm). Para identificar la cola de zorra puede servir un ribete blanquecino que aparece por debajo de la vaina de la hoja que es la continuación de la lígula.

En estadios precoces se distingue de vulpia (Vulpia unilateralis) porque en esta las hojas son de menor tamaño y presenta pelos muy cortos en el borde del limbo (visibles con lupa). En estados muy precoces, es difícil de distinguirla del alpiste (Phalaris sp.), ambas comparten la preferencia por suelos pesados y encharcados, son de color glauco, de lígula larga y con coloración antocianica en la vaina de las primeras hojas. Al cortar la planta por su base, puede observarse la savia de color rosado en caso de los alpistes, carácter ausente en cola de zorra. Puede servir escarbar para localizar la semilla que es aristada en cola de zorra.

Terapéutica:

La técnica de barbecho, mediante una labor ligera en verano u otoño facilitará la nascencia con las primeras lluvias de otoño y su arranque posterior. Se aumentará la eficacia en combinación con falsas siembras. Por otra parte, el enterrado profundo de las semillas impide su germinación por lo que pierden su viabilidad. Labores profundas que eviten encharcamiento favorecen la competencia del cultivo. En esta estrategia es preferible no realizar el volteo en años consecutivos.

El drenaje de la parcela es igualmente eficaz porque reduce población y su competitividad.

La rotación de cultivos mejora su eficacia al aumentar la presencia de cultivos de primavera-verano, aunque también se adapta a siembras de primavera en donde puede competir con el girasol, sobre todo cuando se ha laboreado con exceso de humedad. La diversificación de cultivos aumenta la posibilidad de utilizar herbicidas muy eficaces de diferentes grupos químicos, para cuya aplicación deberán establecerse todas las medidas disponibles para la prevención de aparición de resistencias que ya se han señalado en distintas comunidades autónomas. En cualquier caso, se preferirán las aplicaciones precoces.

 

TRATAMIENTOS QUÍMICOS/BIOLÓGICOS:

Los productos fitosanitarios a aplicar pueden consultarse en el Registro de Productos Fitosanitarios disponible en la web del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España (http://www.mapama.gob.es/es/agricultura/temas/sanidad-vegetal/productos-fitosanitarios/registro/productos/conaplipla.asp) siempre teniendo en cuenta el aviso que el propio Organismo Oficial hace constar:

“La información sobre productos fitosanitarios y empresas fabricantes contenida en esta página tiene carácter meramente informativo. La Subdirección General de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal realiza los máximos esfuerzos para evitar cualquier error en los contenidos que pudieran aparecer, pero no garantiza la exactitud ni la puesta al día de la información, ni asume ninguna responsabilidad al respecto.

Para una información actualizada puede contactarse a través del correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.”

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

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Lezáun San Martín, J. A. & Telletxea Senosiain, N. (2017a) Vallico, lluejo, yerbín (Lolium rigidum Gaud.) Malas hierbas de otoño en cereales de invierno. Navarra Agraria, 221, 47-48. https://www.navarraagraria.com/categories/item/1283-vallico

Lezáun San Martín, J. A. & Telletxea Senosiain, N. (2017b) Cola de zorra (Alopecurus myosuroides Hudson) Malas hierbas de otoño en cereales de invierno. Navarra Agraria, 222, 45-46. https://www.navarraagraria.com/categories/item/1300-cola-zorra

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Telletxea Senosiain, N., Goñi Górriz, C., Biurrun Aramayo, R. & Aldaz Del Burgo, S. (2021) Los limacos y los cultivos extensivos. Navarra Agraria, 248, 32-34. https://www.navarraagraria.com/item/1823

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