El Centro de Diseño de Productos de San Nicolás, en cuya ampliación Bayer Crop Science invirtió en 2021 más de 5 millones de euros, produce al año 16.000 plantas de solanáceas y entre 9.000 y 10.000 plantas de cucurbitáceas gracias al sistema de dobles haploides, capaz de acortar los ciclos de producción.

San Nicolás es un barrio de La Mojonera, municipio ubicado en la comarca del poniente Almeriense, el rincón del sudeste peninsular colonizado por invernaderos y máximo exponente de la agricultura intensiva. El centro de Bayer, que da apoyo a la I+D global de semillas de hortalizas, es el único en Europa especializado en estos cultivos y uno de los tres centros especializados en biología celular que la multinacional posee en el mundo, junto a los de Holanda y Estados Unidos.

Tras la ambiciosa ampliación, la multinacional cuenta con un nuevo espacio de 3.800 m2, que incluye nueve laboratorios de biología celular de última generación y doce fitotrones de alta tecnología (en total, el centro ya tiene 21), además de nuevas cámaras de cultivo y de clima controlado. Con esta inversión, Bayer ha conseguido triplicar la capacidad de producción de plantas dobles haploide (DH), la piedra angular de este centro de I+D. Se trata de un avance biotecnológico que acorta los ciclos de reproducción, mejora la uniformidad genética y reduce hasta cuatro años la llegada de híbridos al mercado. “El sistema de doble haploide es una herramienta muy útil que nos permite obtener líneas puras a partir de parentales identificados con un cierto interés agronómico. Esto conlleva una reducción en el tiempo de producción de parentales homocigóticos y, por tanto, de nuevos híbridos. En este sistema, las líneas puras se obtienen a partir de células haploides que por medio de la técnica especifica empleada, según el cultivo del que se trate, se consigue duplicar la información genética, obteniendo así una uniformidad y, en consecuencia, fijando caracteres de posible interés para ese nuevo doble haploide”, explica Ana Sánchez del Rio, responsable del Laboratorio de Biología Celular.

La principal ventaja del uso de dobles haploides radica en que reduce considerablemente el tiempo para obtener variedades hibridas hasta en cuatro años -dependiendo del cultivo-, y acelera el desarrollo de nuevas variedades en beneficio de toda la cadena alimentaria, desde el agricultor hasta el consumidor final. Así, supone una herramienta clave para que los mejoradores puedan desarrollar los productos más adecuados para las necesidades del mercado.

Con este sistema, el centro de San Nicolás trabaja únicamente con solanáceas y cucurbitáceas. Principalmente, pimiento, ya que el tomate, por ahora, es un cultivo muy costoso por su alta recalcitrancia. “Hay alguna empresa de investigación en Holanda que ha conseguido obtener dobles haploides a partir de este cultivo, pero por las características del tomate, esto es bastante complejo”, reconoce la responsable de Bayer Crop Science. En Wageningen (Países Bajos), por ejemlpo, Bayer concentra la producción de dobles haploides de brassicas. También se aplica esta técnica en cultivos extensivos, pero lo realiza en otros centros fuera de España.

La multinacional centraliza prácticamente la totalidad de la producción de dobles haploides de cucurbitáceas y solanáceas en el centro de Almería

La multinacional centraliza prácticamente la totalidad de la producción de dobles haploides de cucurbitáceas y solanáceas en el centro de Almería. “Recibimos el material vegetal de varias regiones a nivel global: Europa y Oriente Medio, América y Asia. Del mismo modo, enviamos la semilla hibrida producida a partir de los dobles haploides a estas mismas regiones, para así dar soporte a diferentes programas de mejora y, con ello, cubrir una amplia gama de variedades de mercado”, detalla Sánchez del Río. Además, gracias al invernadero tecnológico, inaugurado en octubre de 2022, la empresa puede suministrar plantas durante todo el año.

De los cinco centros que Bayer Crop Science tiene en España, cuatro se encuentran ubicados en Andalucía, y tres de ellos están dedicados a Investigación y Desarrollo (I+D). Los dos centros de Almería, ubicados en El Ejido y San Nicolás, componen un importante hub biotecnológico especializado en cultivos hortícolas para el desarrollo de la mejora genética en invernaderos; el de San Nicolás es uno de los tres centros especializados en biología celular que BCS posee en el mundo junto a los de Holanda y Estados Unidos. Además, en la localidad sevillana de Brenes se encuentra la estación experimental para el desarrollo de las futuras soluciones del porfolio global.