Koppert apuesta por un sistema único, basado en el uso combinado de tres productos, para devolver al suelo de forma rápida y eficaz la biodiversidad perdida tras la desinfección y evitar que la ausencia de microorganismos beneficiosos facilite la entrada de los patógenos.
El primer paso para la puesta a punto del suelo comienza cuando la plántula está creciendo en el semillero, momento en el que Koppert recomienda iniciar la aplicación del fungicida biológico Trianum para incrementar el desarrollo del sistema radicular. Éste debe combinarse con VidiParva, un enraizante natural que, además de aumentar el sistema radicular de las plantas, sirve de alimento a los microorganimos beneficiosos para que crezcan más rápido. Con el uso de Trianum y VidiParva en semillero se obtienen plántulas ya colonizadas con microorganismos beneficiosos y con un sistema radicular potente que asegurará el buen desarrollo posterior en campo.
Una vez que se realiza la siembra en el invernadero, Trianum y VidiParva son de nuevo necesarios para fortalecer el suelo y la planta y estimular la creación de raíces nuevas que harán que la planta crezca más rápido, según la empresa de biocontrol. También desde la siembra y durante todo el ciclo de cultivo, se recomienda la aplicación de ProSatus C para llenar de vida el suelo con microorganismos beneficiosos. El uso combinado de los tres productos ayuda a tener un suelo rico, equilibrado, sano y más fértil con el que producir más y de mejor calidad.
No obstante, el cuidado del suelo no debe ser algo ocasional tras la desinfección, sino que debe ser una práctica continuada durante todo el ciclo del cultivo. Es normal que a lo largo del ciclo de producción la biodiversidad del suelo se desequilibre o se pierda de forma natural. Koppert recomienda contar siempre con la opinión de un asesor técnico cualificado que determine la estrategia más adecuada en función del cultivo y de las condiciones específicas de la finca.