Draeculacephala robinsoni, cicadélido procedente de América del Norte, se ha establecido en una zona fronteriza que abarca el noreste de Girona y el sureste de Francia. Aunque nunca se ha detectado la bacteria en esta especie, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera todo su género como vector potencial de la Xylella fastidiosa.
Al margen de tres especies detectadas anteriormente en Hawaii, se trata de la primera especie del género Draeculacephala (Hemiptera: Cicadellidae: Cicadellinae) que se ha encontrado fuera del continente americano, donde es muy abundante, sobre todo en Estados Unidos y Canadá, por lo que la única explicación plausible a su introducción sería por el comercio de material vegetal.
El hallazgo se produjo el verano pasado, pero los investigadores que lo identificaron sospechan que lleva más años en la zona y se ha establecido firmemente en la región, ya que hay grandes poblaciones distribuidas en al menos once lugares diferentes, con una distancia máxima entre ellos de 86 km (desde Argelès-sur-mer, en Francia, hasta Estany de Sils, en Girona). Aunque la mayoría de las capturas ha sido sobre vegetación espontánea, salvo algunos casos en los que se ha hecho con trampas pegajosas, se ha demostrado que algunas especies del mismo género, como Draeculacephala minerva, son capaces de transmitir la Xylella (la EFSA tiene catalogado todo este género como potenciales vectores del patógeno), por lo que los científicos recomiendan vigilar de cerca su propagación.
En un artículo publicado recientemente en la revista científica Zootaxa, los autores explican que en Francia se descubrieron los primeros individuos de esta especie exótica el pasado julio, en Banyuls-sur-Mer (Pirineos Orientales), en el estuario del Ballaury, río que desemboca en el Mediterráneo procedente de los Pirineos. Simultáneamente, en Girona la especie también se descubrió en julio por primera vez, en Aiguamolls de l’Empordà, una gran zona húmeda que bordea el Golfo de Roses.
Adrià Miralles-Núñez, de la empresa Servicios Depec, uno de los autores del artículo, explica que el vector potencial se ha encontrado en zonas húmedas y es fácilmente identificable, ya que los adultos son muy grandes en comparación con otros cicadélidos. “En Europa, sólo podría confundirse con Cicadella viridis”, asegura. El entomólogo, que capturó numerosos individuos con trampas pegajosas, está convencido de que lleva varios años en la zona, ya que ha podido ver “miles y miles” de estos insectos en las zonas muestreadas. Además, afirma que los adultos son “buenos voladores”, por lo que la especie podría ser capaz de dispersarse fácilmente y colonizar hábitats adecuados. Los fuertes vientos característicos de la costa gerundense podrían facilitar aún más esta propagación.
En las zonas templadas de América del Norte se pueden encontrar poblaciones de D. robinsoni entre marzo y diciembre, con un pico durante los meses de verano. Las plantas hospederas registradas allí son principalmente herbáceas, como Elymus virginicus L., Leersia oryzoides (L.) Sw., Muhlenbergia glomerata (Willd.) Trin., Muhlenbergia frondosa, Echinochloa muricata, Phalaris arundinacea L. o Carex sp., pero también maíz y caña de azúcar.
Debido a la presencia de la especie en una amplia gama de condiciones climáticas, tanto en las zonas subtropicales como templadas de América del Norte, su establecimiento en toda Europa parece posible, según los científicos. Desde un punto de vista ecológico, si ocurre en altas densidades, D. robinsoni podría convertirse en una presa importante para pájaros y arañas.