Un equipo de investigadores ha identificado poblaciones abundantes de Sophonia orientalis en viñedos de la isla de Madeira. Aunque las plantas se encontraban en buen estado, su rápida extensión por los archipiélagos macaronésicos y la península ibérica y su potencial como vector transmisor de patógenos convierten a este cicadélido en una amenaza para los viñedos europeos que conviene vigilar.
La chicharrita asiática de dos manchas S. orientalis se había detectado una vez en viñedos, pero hasta estudio se desconocía su relación con este cultivo. Los investigadores, cuyos resultados se han publicado en la revista Applied Entomology and Zoology, recolectaron más de 90.000 especímenes durante un período de seguimiento de nueve años con trampas adhesivas amarillas en la isla portuguesa. Los recuentos materiales y visuales de ninfas en las hojas confirman por primera vez que la vid es su planta huésped y que las poblaciones en los viñedos son grandes a lo largo de la temporada de crecimiento de la vid. Además, muestreos adicionales para determinar su rango de distribución actual en Europa demuestran que se está extendiendo por la península ibérica, hasta alcanzar ya la frontera con Francia. “Aunque todavía no ha sido cuantificado el efecto, la densidad es tan grande que eso supone una pérdida de la capacidad fotosintética de la vid. Además, hay que tener en cuenta su capacidad potencial de transmitir patógenos”, explica uno de los autores de este trabajo, Adrià Miralles, biólogo especialista en invertebrados en el Servicio de Fauna y Flora del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda rural de la Generalitat de Cataluña. Los hemípteros son el segundo orden de insectos con mayor proporción de especies exóticas en Europa, y las especies introducidas de chicharritas, los principales vectores de enfermedades en los viñedos.
Este cicadélido se reproduce durante todo el año entre los 10º y los 38º de latitud. Los investigadores concluyen que “el buen desempeño de S. orientalis en amplias condiciones ambientales y el historial de invasiones anteriores exitosas sugieren que esta especie es una nueva amenaza para los viñedos europeos”, por lo que recomiendan medidas de control y más estudios sobre el daño que puede causar a las plantas, tanto directos como por su potencial para la transmisión de patógenos.
Aunque la especie procede de Asia, se ha introducido en multitud de países y se desconoce realmente de dónde proceden los ejemplares de la península ibérica y sus islas. “Sería necesario realizar estudios genéticos de los ejemplares encontrados aquí y compararlos con los de otras partes del mundo, para intentar localizar de dónde proceden. Lo más probable es que su introducción se haya realizado a partir de plantas que se han importado por el comercio, como suele pasar siempre con los hemípteros”, sostiene Miralles.