Turquía y Egipto acaparan en 2021 casi todas las alertas sanitarias por residuos de plaguicidas en importaciones de cítricos que se han detectado en la Unión Europea, tanto por superar el límite máximo (LMR) como por emplear sustancias no autorizadas: de los 118 envíos rechazados en frontera, de alertas o de seguimiento e información, 94 provienen de Turquía, 18 de Egipto (la mayoría en marzo y abril, cuando comienzan el grueso de sus exportaciones a la UE) y tres de China.
Según el informe de la RASFF -la autoridad de la Comisión Europea para las alertas de seguridad en alimentos-, muchas de estas detecciones son calificadas como decisión de riesgo serio. Uno de los principales motivos de los rechazos de cítricos procedentes de Turquía es que estos superan el LMR del metil clorpririfos, que desde noviembre del año pasado bajó al límite de determinación analítica (0,01 mg por Kg de fruta).
La Unió de Llauradors, que ha difundido estos datos, propone a la Comisión Europea que aumente los porcentajes de inspección mínimos en todos aquellos países que tengan cantidades elevadas de rechazo por la detección de plagas o el uso de sustancias prohibidas, ya que puede ser un “auténtico coladero y un grave peligro para la entrada de organismos nocivos en la citricultura europea”.
La asociación critica que para Turquía, a pesar de las cifras récord sin precedentes de detecciones de residuos, no se ha elevado el porcentaje de inspección mínimo de los lotes, que se mantiene “en una ridícula cifra del 5% para mandarinas y del 10% para naranjas”. En el caso egipcio, denuncia que las naranjas de Egipto no están incluidas en el listado de alimentos y país de especial vigilancia por parte de la Comisión, por lo que “las inspecciones a los cítricos con origen de Egipto son totalmente aleatorias y casi nulas, tanto en frontera como en el punto de venta”.