Con trece nuevos rechazos en octubre (uno de ellos en limón y doce en naranjas), Sudáfrica ha batido su propia marca y ya acumula en esta campaña 51 interceptaciones de Phyllosticta citricarpa, el hongo causante de la mancha negra. Las asociaciones citrícolas piden que se suspendan las importaciones del país austral mientras no pueda garantizar la seguridad fitosanitaria de sus envíos.
A falta del mes de noviembre para cerrar la campaña, el país sudafricano supera su número máximo de detecciones de esta enfermedad, que se produjo en 2021, cuando acumuló 43 casos. Solamente Argentina superó en 2020 esta cifra (106 detecciones), lo que motivó que Bruselas cesara las importaciones del país sudamericano, que desde entonces ha mejorado su control fitosanitario.
La interprofesional citrícola española, Intercitrus, señala que doce de los trece rechazos se produjeron en naranjas, algo “teóricamente imposible” puesto que, en virtud de la decisión adoptada por los exportadores de este país y asumida por sus autoridades, desde el 15 septiembre sólo podían partir hacia la UE naranjas producidas en zonas sudafricanas declaradas como exentas de esta enfermedad. Intercitrus, que ya calificó esta medida de operación “meramente estética”, denuncia la “nula credibilidad” de las autoridades sudafricanas en materia de sanidad vegetal: o bien sus operadores han incumplido la propia normativa que se autoimpusieron y siguieron remitiendo naranjas de zonas declaradas con la enfermedad (las del Cabo Oriental), o bien la mancha negra está extendida también por zonas oficialmente reconocidas como exentas. Así lo advierte la presidenta de la interprofesional, Inmaculada Sanfeliu, quien reclama para la próxima campaña, y “ante el caos acreditado durante los últimos tres años en el control de esta enfermedad, que la Comisión imponga el cierre automático de las importaciones de cítricos sudafricanas a partir de registrarse el quinto rechazo”.
Los problemas sudafricanos con el control de la mancha negra no son coyunturales: en las últimas tres campañas, la media anual consolidada al final de la temporada de importaciones del país austral se sitúa por encima de 40 rechazos por tal motivo. Una cantidad que supera con creces los peores registros medios acumulados por este país entre 2012 y 2014 y que ya motivaron en ese último año que el ejecutivo comunitario decidiera unilateralmente suspender las importaciones. Entonces, en uno de los considerandos del reglamento específico comunitario para regular las condiciones de importación referidas a esta enfermedad, la propia Comisión propuso que actuaría suspendiendo automáticamente las importaciones a partir de la quinta interceptación. Aunque, finalmente, este criterio fue retirado, Intercitrus insiste en recuperarlo ahora.
Intercitrus reclama el cierre automático de las importaciones de cítricos sudafricanas a partir de registrarse el quinto rechazo
En abril de 2022, la Comisión reforzó las medidas de control a las importaciones de países con problemas de mancha negra, como Sudáfrica; en septiembre de ese mismo año funcionarios comunitarios se desplazaron a aquel país para llevar a cabo una auditoría in situ, en la que se detectaron algunas anomalías importantes que las autoridades sudafricanas se comprometieron a subsanar; en septiembre de este año –por séptima vez en los últimos once años- se produjo otro anuncio más sobre la suspensión unilateral de envíos desde zonas con presencia del hongo, “que ahora se ha demostrado del todo ineficaz”, lamenta la interprofesional.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reitera a todos los representantes políticos de la Unión Europea con competencias en agricultura, seguridad fitosanitaria y comercio internacional que soliciten a la Comisión que vete la entrada de los cítricos procedentes de Sudáfrica hasta que los inspectores comunitarios comprueben que este país tercero es capaz de garantizar su seguridad fitosanitaria. El presidente de la asociación, Cristóbal Aguado, insiste en calificar de “barbaridad y riesgo intolerable el número de interceptaciones de mancha negra que amontonan los cítricos sudafricanos, ya que estamos hablando de una enfermedad que provocaría pérdidas enormes a la citricultura europea si acabara introduciéndose y propagándose en nuestro territorio. La Comisión está jugando con fuego y poniendo en peligro nuestro modo de vida, nuestra seguridad fitosanitaria y nuestro medioambiente por un puñado de intereses particulares. Ya está bien de mostrar una cómplice pasividad e inacción ante esta situación vergonzosa. Ya está bien de persistir en su error que nos puede costar muy caro. Los números son tan escandalosos que todo lo que no sea cesar de manera inmediata e indefinida las importaciones de cítricos sudafricanos significará un insulto a los productores y a los ciudadanos europeos”.
Durante este año, ha habido un total de 131 envíos rechazados de diferentes países terceros, 56 de estos con origen en Sudáfrica, más de un 42%; más de la mitad si se añade el acumulado de Zimbabue, con once interceptaciones y el 8,40%. Ambos países se encuentran bajo el paraguas del acuerdo entre la UE y África Meridional, que entró en vigor en octubre de 2016. La Unió Llauradora solicita la suspensión automática de las importaciones procedentes de aquellos países terceros, como Sudáfrica, que no pueden garantizar la seguridad fitosanitaria de sus envíos.
Carles Peris, secretario general de La Unió, cree que desde todos los estamentos gubernamentales de la UE se debería reforzar la producción autóctona sobre las importaciones: “Las Administraciones y las grandes cadenas de distribución deben apostar por salvaguardar los cítricos de aquí. Depender de las importaciones de otros países, cada vez más elevadas, es un claro riesgo para la entrada de enfermedades que serían letales para la citricultura europea y también implican un alto coste medioambiental, justo cuando desde Bruselas se nos exige cada vez más al respecto”.