El Servicio de Sanidad Vegetal de la Comunidad Valenciana ha recomendado iniciar los tratamientos fungicidas contra Plurivorosphaerella nawa, hongo causante de la mancha foliar del caqui, enfermedad cuyo control se ha complicado las últimas campañas por la aparición de resistencias a las estrobilurinas.
En 2019 se detectaron fallos de control en algunas parcelas de la Ribera Alta. Tras las prospecciones sistemáticas realizadas en 2020, se pudo comprobar que la resistencia al grupo de fungicidas QoI (estrobilurinas) está presente en la mayoría de las zonas productoras de caqui de la provincia de Valencia.
Por esta razón, Sanidad Vegetal recomienda revisar la estrategia de control para esta campaña, evitando el empleo de estrobilurinas, o empleándola una sola vez por campaña, mezclada con otro fungicida de diferente grupo. Asimismo, también es importante que se elimine la hojarasca que pueda haber en el interior o entornos de las parcelas para reducir inóculo.
Los tratamientos fungicidas deben programarse para cubrir el período de riesgo de infección, que se determina a partir de la disponibilidad de inóculo de P. nawae, la fenología del caqui y las condiciones climáticas. Los productos autorizados actualmente son azoxistrobin 25% [SC] p/v, a dosis de 50-100 ml/Hl (0,05-01%); Bacillus subtilis (Cepa QST 713) 1,34% [SC], a dosis de 4-8 l/ha; difenoconazol 25% [EC] p/v, a dosis de 20-45 ml/Hl (0,02-0,045 %); piraclostrobin 20% [WG] p/p, a dosis de 0,5 kg/ha; mancozeb 66,7% + zoxamida 8,3% [WG] P/P, a dosis de 1,5 Kg/ha; y mancozeb 75% [WG] p/p a dosis de 2,4 kg/ha.
Sanidad Vegetal recomienda comenzar los tratamientos por las parcelas de fenología más avanzada, con un producto penetrante como difenoconazol, y realizar como máximo tres aplicaciones fungicidas durante el período de riesgo (salvo si se aplica Bacillus subtilis, cuyo tratamiento debería repetirse cada cinco días). Tampoco se deben realizar más de dos aplicaciones con fungicidas del mismo grupo -una en el caso de las estrobilurinas-, ni realizar dos aplicaciones seguidas con fungicidas del mismo grupo. A partir de mediados de junio ya no se debe realizar ningún tratamiento fungicida.
Además de no realizar aplicaciones después del periodo de riesgo de infección, se recomienda efectuar análisis previos a la recolección para comprobar que se cumple la legislación vigente y no hay residuos de plaguicidas.