El Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana ha presentado su estrategia de control químico en uva de mesa frente a Scirtothrips sp., con algunas materias activas que actualmente no están autorizadas o que requieren una ampliación de uso para este cultivo.
Las recomendaciones de Sanidad Vegetal, elaboradas en colaboración con Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), cubren varias fases de la fenología de la planta. Desde el periodo de hojas extendidas hasta el inicio de la floración, debe evaluarse semanalmente la presencia de Scirtothrips sp. mediante las capturas en trampas cromáticas amarillas, que serán supervisadas por personal técnico especializado, y la evaluación en brotes tiernos mediante el golpeo de brotes (cuatro por cepa y 25 cepas por parcela/ha), recolectando las muestras caídas sobre un fondo oscuro para facilitar la identificación de los individuos presentes. Además, se evaluará la posible presencia de otras plagas, como el melazo de la vid, Planococcus ficus.
Las intervenciones químicas se llevarán a cabo si durante el año anterior la parcela presentó niveles severos de destrío debido al ataque de trips, o si más del 20% de los brotes tiernos presentan infestación. Las materias activas recomendadas, y basadas en los resultados obtenidos por el IVIA en ensayos de laboratorio y semicampo, son spinosad, sulfoxaflor y aceite de parafina; el uso de la segunda dependería de una autorización excepcional por parte del ministerio, mientras que la tercera requiere una ampliación de uso para uva de mesa. Las tres sustancias autorizadas demostraron un elevado efecto de choque, tanto sobre adultos como sobre ninfas de S. aurantii.
Sanidad Vegetal recuerda que los tratamientos más efectivos para la reducción de daños en la fruta son aquellos realizados a partir de la floración-cuajado y, por lo tanto, no conviene abusar de las intervenciones químicas en esta etapa inicial, salvo que sean necesarias para proteger el correcto desarrollo de los brotes tiernos.
Durante la floración hay que dejar de realizar los tratamientos y continuar con los muestreos para detectar la posible presencia de formas vivas en brotes tiernos que posteriormente pueden pasar al fruto y producir los daños.
El uso de varias materias activas recomendadas depende de autorizaciones excepcionales o de la ampliación de uso para uva de mesa
Desde el periodo de cuajado hasta el inicio del envero, se aconseja monitorizar semanalmente para evaluar el estado de la plaga mediante las capturas en trampas cromáticas amarillas y la observación directa en racimos para detectar la presencia de ninfas y adultos. También conviene evaluar la posible presencia de otras plagas, como la polilla del racimo, el mosquito verde y P. ficus.
Según la estrategia propuesta por Sanidad Vegetal, las intervenciones químicas se llevarán a cabo si más del 5% de los racimos sufren la plaga, para lo que recomienda contar un centenar de racimos por parcela con la ayuda de una lupa entomológica. Los productos fitosanitarios más eficaces en esta fase son spinosad, sulfoxaflor, acetamiprid, flupiradifurona y aceite de parafina. Solo el primero está autorizado en uva de mesa; el segundo necesita una autorización excepcional, y los tres últimos, una ampliación de uso.
En los dos periodos, se debe evaluar la presencia de la plaga a los siete días de realizar el tratamiento, y si los niveles de infestación superan nuevamente los umbrales establecidos, se podrá aplicar un nuevo tratamiento, pero es imprescindible utilizar una materia activa con un modo de acción diferente al del tratamiento inicial para evitar la aparición de resistencias.
Sanidad Vegetal ofrecerá a los productores información semanal sobre la dinámica poblacional y la biología de Scirtothrips sp., así como de los momentos de intervención. Para ello, ha seleccionado diversas parcelas de diferentes cultivos afectados por esta plaga en distintas zonas de la Comunidad Valenciana.